▪︎Capítulo N°10▪︎

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Narración omnisciente

Un nuevo día un nuevo martirio, o al menos así pensaba el azabache el cual con dificultad abría los ojos pues estos se encontraban inflamados gracias a los golpes que había recibido la noche anterior, al lograr abrir bien sus ojos se dio cuenta de que no estaba en su departamento por lo que se alarmó por un instante hasta que logró localizar el lugar en donde estaba, un lugar que conocía muy bien, el departamento de su mejor "amigo" Mario.

Se levanto de la cama con el fin de buscar al anterior mencionado pues no estaba en la habitación cuando despertó, más no pudo avanzar mucho sin que el dolor a causa de los golpes le hiciera decaer hacia la cama nuevamente. Se sentía inútil, estupido y avergonzado, se le enrojecia la cara de vergüenza al pensar en el deteriorado estado en el que lo había encontrado su amigo, pues claro, al no recordar gran parte de lo sucedido gracias al alcohol supuso que Mario se habría burlado de él por su estado.

Y así, recostado nuevamente en la cama solo pudo mencionar el nombre del castaño con la esperanza de que lo escuchara y viniera hacia el, cosa que claramente logró ya que al poco tiempo Mario apareció en la habitación con una charola con comida e incluido unas curitas las cuales le pondría al azabache.

—Así que... ya despertaste, con lo mal que pasaste la noche pensé que dormirías hasta medio día –dejo la charola sobre la cama al mismo tiempo que se sentaba en la esquina de esta–.

—No Calderón... aunque no quisiera estoy obligado a despertarme, por más que me duela la cabeza aún recuerdo que hay junta hoy, y si llego a faltar mi papá me cuelga a un poste –le respondió con cansancio mientras tomaba un sorbo del tinto que el castaño le había traido–.

La habitación quedó en silencio apartando el sonido de los sorbos de café que daba el azabache, el castaño realmente no sabía que decir, aún tenía miedo que Armando sacara el tema de lo sucedido anoche, pero aún así anhelaba que lo recordara y evitarse un dolor más.

—Tiene que alistarse Armando –hablo finalmente el ex vicepresidente– Ya se nos va a hacer tarde, si quiere le preparo la ducha y- –el azabache le interrumpió–.

—No, no, no, yo puedo hacerlo solo no se preocupe, ya ha hecho suficiente por mi –hablo con cierto tono avergonzado, el recibir tanta ayuda le hacía sentir frágil su masculinidad–.

El castaño suspiró pesadamente para luego levantarse y retirarse de la habitación sin antes decirle al menor que se apresurara pues la junta en ecomoda empezaría en menos de dos horas y que en el estado en el que estaba era mejor que se arreglara cuanto antes.

Sin duda alguna se podría decir que la mañana iba a ser toda una pesadilla para ambos, con el dolor de Armando y la incomodidad de Mario.

▪︎It is painful▪︎ Armando×MarioWhere stories live. Discover now