○Capítulo N°30○

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Narración omnisciente


La madrugada se hizo presente y como todos los días el sonido molesto del despertador acabo con el plácido sueño de los amantes. El primero en tener el horror de levantarse era Armando quien tenia que suplicarle al cielo que el castaño no hiciera mucho escándalo por no querer levantarse.

—Mario, llevo ya seis veces que vengo a despertarte. Vamos a llegar tarde, no se confie de que Beatriz esta siendo amable con nosotros. -hablo el azabache mientras movia de un lado para el otro el cuerpo de Mario, claro, aun había tiempo pero considerando lo vanidoso que es el castaño con su apariencia y lo mucho que siempre solía demorarse en arreglarse tenían el tiempo a justas.-.

—Pero no quiero... si quiera déjame descansar, la noche de reconciliación me dejo muerto. –mencionó Calderón sin sacar su cara de la almohada-.

—Mario, lo que tu estas buscando es que te tenga que cargar y tirarte a la ducha para que te arregles de una vez por todas –se quejo Armando, amaba mucho a Mario, pero como jodia-.

—Si, si. Mejor dile a Betty que tu brutez me dejo en este estado, a ver si me da una licencia. –sonrio a sus adentros, igualmente, siempre le gusto hacer molestar al azabache-.

Con la cara sonrojada, el pelinegro se resigno y cumplió lo prometido, tomo con todo y sabanas al castaño cargandolo hasta al baño mientras este se quejaba como un niño pequeño.

—Y no te demores, que no estamos en condiciones de darnos el lujo de llegar tarde. –dijo molesto para finalmente cerrar la puerta del baño dejando al castaño en esta-.

—Ts... mucho idiota ¿no?.-.

El castaño entro a la ducha, pues no había de otra más que bañarse, aun estaba algo adormilado pero nada que el agua no solucionase. Sentía ardor en ciertas partes de su cuerpo pues como bien se sabe Armando no era específicamente muy delicado con las mordidas, pero lejos de molestarse Mario sonrio inconscientemente, este era el tipo de vida que siempre hubiese querido llevar con Armando, despertarse por las mañanas y arreglarse en conjunto para ir al trabajo, ya saben, una vida normal y tranquila sin mayores preocupaciones, aunque sabia de antemano que eso seria una realidad a medias, pues con el temperamento de su pareja y el suyo... bueno era mejor no pensar en eso ahora.

Una vez salio de la ducha se dirigió con la toalla en la cabeza, caminando en busca de un traje, estaba indeciso, no sabia si ponerse la camisa azul o la negra por lo que lo medito unos segundos, segundos en los que inconscientemente se quedo estatico viendo un zapato, aun tenia sueño.

—Mario, ¿estas lis- ¿que haces desnudo? –se volteo por instinto, aun era raro verlo sin ropa en una situación no explicitamente sexual-.

—¿Ah? Perdón es que me distraje. –vio como el azabache estaba dado vuelta, claramente para no verlo denudo– Ay, Armando no sea hipocrita, siempre eres quien me quita la ropa ¿y ahora te da pena verme sin ella? –se burlo el castaño-.

—Es diferente... –mencionó con las mejillas sonrosodas por la verguenza-.

—Para mi es casi lo mismo, oye, que dices ¿azul o negro? Yo digo que negro, con azul me veo como Freddy. ¿Tu que opinas? –le pregunto al contrario tomándose su tiempo, entre que se duchaba y elegía la ropa ya habían pasado treinta minutos-.

▪︎It is painful▪︎ Armando×MarioWhere stories live. Discover now