"Lo mejor para el mejor."

Día 3: Instinto | "IronHawk."

Estaba harto, ya había permitido demasiado.

Si iba a perder los dientes por culpa de Rogers, mejor que fuera él, que Tony.

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Se enamoro del omega desde el primer día de preparatoria, cuando chocaron al intentar entrar y salir al mismo tiempo por una ventana.

—Oh vamos, hasta yo me esmero los primeros días de clase. — murmuró el castaño tras recoger sus cosas y sentarse en el marco de la ventana junto a él mientras se ajustaba su audífono. —Después de conocer a los maestros ya decido si me quedo en sus clases. — le guiño un ojo mientras ingresaba al aula.

Clint supo que estaba perdido cuando su lobo interno decidió, tras ver esos enormes ojos cafés, entrar de nuevo al salón de clases.

Se hicieron amigos después de eso, el omega era amable, divertido y nunca le miraba con lástima por ser de recursos limitados, además de un alfa sordo. Incluso aprendió el lenguaje de señas para que se comunicaran cual espías, durante los exámenes.

Había planeado declararse pero cómo siempre le ocurría, alguien apareció para recordarle su lugar.

Steve Rogers, presidente estudiantil con sonrisa aprobada para un comercial dental, le aparto primero de la vida de Tony y luego la vida de la mirada del omega.

—¡No puedes dejar que él te lastime! — le había gritado un día a su amigo cuando le encontró con las marcas de unas manos en sus brazos.

—No es nada grave, Steve sólo quería que escuchara y no midió su fuerza. — Tony ni siquiera le miro mientras hablaba y Clint perdió un poco más de su corazón ese día.

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Habían pasado dos meses de esa situación y aunque Tony en el poco tiempo que pasaba con él, había fingido estar bien, el alfa nunca le creyó y ahora viendo la escena frente a él, supo que no estaba equivocado.

Rogers tenía arrinconado a Tony contra una pared e incluso a distancia, el aroma del omega pedía a gritos ayuda.

Clint dejo que su instinto liderará, tacleo al otro rubio llevándolo al suelo, lejos de su amigo.

—¡Que demonios Barton! — le gruño mientras intentaba quitárselo de encima.

Soltó golpes en rostro y torso pero a pesar de ello, Steve pronto revirtió sus posiciones.

En un punto tras un par de golpes en su cabeza, dejo de escuchar completamente. Sin duda su audífono se había dañado.

—¡ARGH! - vio gesticular al alfa encima suyo, mientras caía de lado y un muy furioso Tony le pateaba ahora en el estómago.

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Cuando despertó se encontró en el hospital, con la cabeza vendada y un omega que no dejaba de repetir la seña de "te quiero" en su mano.

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Mi primer IronHawk y estoy feliz cómo me quedo 🤧❤️