Día 12: Supresor | "WinterIron."

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Cuando se abrieron paso fácilmente en aquella aislada base de Hydra, el alfa anteriormente conocido cómo The Winter Soldier, no pudo evitar soltar un grito amenazante.

—¡Te voy a partir la cara Punk! — los jadeos no tardaron en escucharse atraves del comunicador. —Te dije, te dije que no me necesitabas para esta misión.

Soldados, malditos soldados de muy bajo rango encontraron en el lugar y Bucky no pudo evitar arremeter contra estos, con toda la furia que estaba cargando y no sólo era la que siempre tenía bien dispuesta para ellos, sino también la que llevaba ahora por haberle fallado a su omega.

Si, Tony estaba en celo y él muy lejos suyo para cuidarlo.

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—¿Friday? — murmuro. —¿C-cómo se encuentra?

Boss está en las primeras fases de sueño. — la voz de la I.A. sonaba preocupada. —Los últimos supresores lo dejaron aletargado.

—¡Bucky! — la voz de Steve lo hizo gruñir por milésima ocasión.

Aún así, le miro pero sin apartarse de la puerta del quinjet, con sus ojos inyectados en sangre y la amenaza certera de que le golpearía sino lo dejaba marcharse apenas la nave abriera las compuertas.

—El informe. — murmuro al mismo tiempo que Natasha le golpeaba en las costillas. —No, nada olvídalo. — las palabras murieron en el aire porque el alfa castaño se había marchado sin escucharlas.

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Apenas ingresó a su habitación, el aroma tenue de su omega le recibió: estuvo triste, necesitado y por un momento se sintió abandonado y eso último hizo sentir a James, terrible.

—¿Buckarooo? — la voz de Tony le hizo reaccionar, se hincó a un lado de la cama, ahí donde el castaño había sacado su cabeza del montón de sábanas y ropas suyas. —Yey, ya regresaste, te extrañe mucho.

—Yo también Antoshka. — beso su frente, mejillas y labios con cariño. —Perdón por no estar para ti.

—No te preocupes BuckyBear, aquí todo estuvo tranquilo. — le sonrió, mientras acariciaba su mejilla. —Ni lo sentí.

Mentira, Tony había pasado dos días en celo antes de optar por el supresor, después de cinco años dónde Bucky lo había cuidado en cada celo, volvió a ingerir supresores.

Se sentía el peor alfa del mundo.

—Duerme un rato Jamie, deja de pensar. — el omega le atrajo para que entrara a su nido. —Te quiero.

—Y yo a ti Doll. — el alfa beso su nuca antes de cerrar los ojos y pensar en lo fuerte que le iba a pegar a Steve Rogers la próxima vez que lo viera.

"Lo mejor para el mejor."Where stories live. Discover now