Día 23: Ojos de cachorro | "Pepperony."

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Pepper terminó el papeleo pendiente de Industrias Stark, sólo quedaba que Tony estampara su firma y el trabajo del mes estaría finiquitado.

Sin embargo, el trabajo en la cabaña aún seguiría.

Observó el reloj en la pared, era justo el momento perfecto para iniciar a preparar el almuerzo. La alfa pelirroja se puso de pie, rumbo a la cocina.

En su andar, miró de reojo hacia las escaleras, el silencio le pareció sospechoso, ni su omega ni su cachorra se habían aparecido en un rato. Por el momento, decidio ignorar ese detalle.

Siguió con su encomienda, abriendo la nevera en busca de carne pero en su lugar, terminó encontrando justamente la razón para esa sospechosa quietud en su hogar.

—Morgan. — llamo a su pequeña que para su sorpresa comenzó a reír detrás de la alacena. —Muy bien jovencita, salga.

Y la niña así lo hizo. Llevaba aún su pijama puesta, aunque le había dicho claramente que se cambiara sin embargo, lo que captó su atención fue la mancha naranja alrededor de su boquita.

—¿Algo que decir o comienzo el interrogatorio? — la pelirroja se puso a su altura y usando la manga de su camisa, limpio con cariño su mejilla para mostrarle enseguida el rastro de humedad en ella.

—Papi me dió la paleta. — sonrió, con sus castaños orbes mirándola con inocencia.

Dios amaba esa mirada que, primero conoció en su omega y que ahora también tenía su cachorra.

—Fue para que no te dijera. — continuo su hija mientras se cubría la boca al saber que había comenzado a hacer justo lo que su padre le dijo que no hiciera.

—¿Que no ibas a decirme? — Morgan sin tanta lucha interna, hizo que la acompañara al tallercito de su padre, ahí le señaló que guardara silencio.

Asomó su rostro, mirando a su pareja bailotear mientras seguía con un futuro regalo para Morgan, ella estaba enterada  de ello y también intrigada por verle pronto terminado.

Sin embargo, bien sabía que cuando Tony se diera cuenta que su niña lo delató fingiría que ya no lo seguiría por el dolor causado.

Pepper no pudo evitar reír al imaginarlo.

De pronto su buen ánimo se filtro hasta su omega, quién se giró exponiendo su secreto.

—¡Ah, tú también estás comiendo paletas antes del almuerzo! — lo enfrentó, con todo y la pose de manos en las caderas.

—¡Pep, no! — intento justificarse y al ver a su pequeña, terminó haciendo lo mismo que ella en la cocina. —Fue Morgan, ella me la dió.

—¡Papi! — le chilló ella molesta mientras iba a sus brazos. —Tú me la diste cuando te comiste tu primera paleta. — intento recordarle, hundiendolo un poquito más.

Pepper le miro con una ceja enarcada.

—¿Dos paletas? — cuestionó mientras la mirada patentada por los Stark apareció de nuevo. —No Tony, no va a funcionar, me quedaré con una paleta de cada uno.

—¡Pep! ¡Mami, yo sólo comí una! — sus dos castaños le persiguieron rumbo a la cocina, dónde tal vez les perdonaría si le ayudaban a preparar la comida. Sólo tal vez.

"Lo mejor para el mejor."Where stories live. Discover now