"Lo mejor para el mejor."

Día 16: Gruñido | "IronStrange."

Continuación del día 11 😌

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Cuando Tony regreso al complejo no lo hizo solo ni tampoco para quedarse.

—¡Tony! ¿Dónde has estado? — el grito de Steve fue lo primero que escuchó y aunque ciertamente lo esperaba, no creyó que fuera tan pronto diera el primer paso en el lugar. —Te hemos necesitado y te fuiste sin decirnos nada, Friday ni siquiera supo que decirnos.

—En realidad si tenía mucho que decir pero la educación ante todo. — la I.A. sonaba divertida y el genio supo entonces que algo de Jarvis si se había quedado en los servidores.

Steve decidió ignorar aquel comentario, así cómo a la otra persona que había aparecido con el genio y que no dejaba de mirarle.

—No me has respondido, ¿dónde has estado? — intento acercarse a Tony con su voz de mando bordeando cada palabra.

Ciertamente, Stephen no iba a permitir que pasaran de él y menos aún, que trataran de imponerse a su omega preñado de esa forma.

Él creía fervientemente que su pareja podía pelear sus batallas pero su instinto protector había ganado en esta ocasión.

Gruño amenazante, mientras blandía sus escudos enfrente de ellos.

—¡Que demonios Strange! — el rubio alfa retrocedió con las manos en alto. —¿Tony?

El omega tenía un guantelete apuntandole mientras que al igual que su pareja, le gruñía.

—¿Qué está ocurriendo aquí? — los demás vengadores renegados llegaron para encontrarse con la escena en cuestión.

Sam y Wanda se colocaron enseguida junto al rubio, Natasha y Clint por su parte, se mantuvieron aún lado, cautelosos.

Hasta que esté último se fijó en Tony.

—No sé que les ocurre. — soltó Steve mirando ahora a la alfa pelirroja.

—Lo quiero lejos de mi familia Capitán. — Stephen pareció reaccionar de la intervención de su lado feral. —Y si le vuelve a hablar así a Tony, juro que nadie lo volverá a ver. — sentenció también mirando a Wanda para que entendiera la amenaza.

—¿Familia? — cuestionó el arquero hasta que comprendió porque buscaba más la cercanía de Tony. —Estas en cinta. — su sonrisa comenzó a crecer en su rostro pues, cómo padre el instinto de proteger comenzaba a abrumarle.

—Solo vine por unas cosas, no planeo quedarme. — el genio se dió la vuelta ignorandolos y muy seguro de la protección de Stephen. —De todos modos, casi no estoy aquí.

—Tony, necesitas a tu manada cerca. — intento abogar Natasha al darse cuenta de lo que perdían.

—Él la tendrá en el Sanctum. — soltó el hechicero para consternación de todos.

—¿Nos dejaras entrar? — pregunto escéptica la pelirroja más joven.

—Quiero que entiendan algo, ustedes ya no son la manada de Tony, sobretodo tú niña. — le respondió con ironía. —No los queremos cerca.

—Tú no puedes... — Rogers comenzó una perorata que Stephen no quería ni iba a escuchar.

—Él puede y lo más importante, yo decido que terminé de aguantarles sus idioteces. — Tony regreso con un par de herramientas y almohadas que hicieron sonreír a Stephen mientras abría el portal de regreso al santuario. —Diría que los extrañaré pero eso hace mucho deje de hacerlo.

—Friday, filtra el aire, que quede cómo si nunca hubiéramos estado aquí. — el hechicero sonrió satisfecho al ver que al menos Clint entendió lo que sucedería con eso.

Su manada había perdido el pilar que los sostenía.

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Más tarde dentro del nido Stark- Strange, la pareja disfrutaba lo que les quedaba de tiempo libre antes de que Wong regresara.

—No me quedaré aquí, ¿cierto? — Tony le miro ceñudo.

—Aún tengo mi departamento de soltero. — el alfa beso la frente de su pareja. —No estaba tan loco cómo para quedarme sin un sitio y me alegro, al menos tenemos dónde estar apartados mientras llega el momento. — acarició el vientre aún plano de su omega.

—Les dirás ¿cierto? — cuestionó curioso. —A Rodhey, Pep...

—Happy, Peter y Harley, lo sé Tony. — le beso con cariño. —Se quienes son nuestra manada.

—No te olvides de Christine y obvio, de Wong. — el alfa negó divertido, ya sabía que el corazón de Tony nunca se cerraba al cariño.

Una pena que muy pocos lo entendían.