Capítulo X

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Niall comenzó a sacar la ropa que había en el armario de su habitación, mientras Louis lo observaba divertido sentado sobre la cama. No tenía interés alguno en descubrir la ropa que había ahí, pero el rubio no parecía tener la misma opinión.

—Madre mía que pijama más feo. —bufó Niall, agarrando un pijama blanco con ositos amarillos. Louis hizo una mueca.

—No es feo.

—Cierto, no es feo. Es horroroso.

Lo lanzó a la pequeña papelera que había al lado del escritorio, y Louis alzó las cejas sorprendido.

—No lo tires, no creo que haya mucho más para elegir. —suspiró.

—Tendré que hablar con Styles para que me deje llevarte de compras, porque la ropa de este armario es de la época de mi abuelo.

—Si no me deja salir de la mansión, mucho menos me dejará irme... de compras. —rodó los ojos.

—Tampoco te iba a dejar salir de aquella sala y ahora mira dónde estás, en una habitación más grande que mi antigua casa, con todo amueblado y de costosa calidad. —suspiró sin mirarlo, aún revolviendo la ropa de su nuevo armario. Louis escondió una sonrisa.

—¿Hay calcetines?

—Sí. Y de los calientes, mira. —sacó un par de calcetines de lana blanca, largos hasta llegar a cubrir todo su tobillo.

—Joder, dámelos. Tengo los pies helados. —tiritó.

Niall soltó una carcajada lanzándole un par de calcetines, y él no tardó más de unos segundos en colocárselos. Pese haber estado descalzo todo el tiempo no sufrió daños más allá que un leve frío a según que horas del día, pero ansiaba con fuerzas poder disfrutar de una sensación cálida y reconfortante en sus pies.

El rubio se cruzó de brazos cuando cerró el armario, y miró a su amigo con expresión confusa.

—Ya te has instalado en tu habitación y yo ya te he arreglado el estropicio de armario que te han dado. ¿Ahora qué hacemos?

—No lo sé. ¿Qué quieres hacer?

—Si te pregunto es porque no lo sé.

—Ah, que bien. —ironizó suspirando.

—Si quieres, podemos i...

No llegó a terminar la frase, pues la puerta se abrió de golpe interrumpiéndolo.

Ambos miraron en su dirección, y Louis frunció el ceño al no reconocer a la chica que permanecía quieta frente a la puerta. Niall, sin embargo, sonrió al verla.

—¿Qué haces tú por aquí? —preguntó amable, con una sonrisa formulada en sus labios.

—He oído que el chico se ha mudado aquí, y he pensado que estaría bien pasarme a saludar. —contestó sincera, acercándose a Louis con seguridad—. ¿Cómo te llamas?

—Louis. —frunció el ceño.

—Louis. —repitió, con expresión pensativa y sonrisa divertida—. Curioso. Yo soy Gemma, encantada.

—Hm. —interrumpió Niall, observando a la chica—. No pretendo arruinar el amistoso momento, pero Gemma, Styles te matará si te ve así.

—¿Así cómo?

—Paseándote en bragas por la mansión. —suspiró. Louis la miró divertida ahogando una risa, y Gemma bufó.

—No es mi culpa que siempre tenga a gente aquí metida. Esta es mi casa, y no hay nada mejor que pasearte en bragas por tu casa. —respondió digna, sincera y franca como ella sola.

Rehén Donde viven las historias. Descúbrelo ahora