𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐌𝐄~𝗬𝗮𝗻𝗱𝗲𝗿𝗲 𝗞𝗶𝗺𝗲𝘁𝘀𝘂 𝗻𝗼 𝘆𝗮𝗶𝗯𝗮 *EN PAUSA*

~42~

Preparaos porque este capítulo es muy importante.

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HABÍAS RENUNCIADO A CUALQUIER ESPERANZA DE QUE ALGUIEN TE ENCONTRARA...

Y habías desarrollado un extraño apego a Enmu por alguna razón, aunque nunca vieras su cara en esta última semana.

Has oído bien, has estado atrapada en este lugar durante toda una semana.

Tenías otro cuidador que te traía comida y agua, y al principio dudaba en decirte su nombre cuando entraba en la habitación para darte la comida, finalmente se había presentado como Akaza.

Akaza también te caía bien, y aunque parecía que no le importaba, en realidad te trataba con respeto.

Aparentemente se negaba a comer mujeres, así que al menos no tendrías que preocuparte por eso.

La herida ensangrentada de tu hombro se había secado y cerrado, pero la sangre seguía ensuciando tu haori y te sentías sucia. Ni siquiera estabas seguro de cómo Akaza podía mirar tu desaliñada figura y no sentir asco.

No era saludable desarrollar un apego a esos demonios, pero qué otra cosa podías hacer. Estabas sola, sin nadie con quien hablar y sin forma de escapar, así que lo único que podías hacer era mantenerte entretenida charlando con Enmu y Akaza.

Empezaste a preguntarte si estabas loca por confiar y tener fe en esos demonios, pero poco a poco empezaste a aceptar tu situación y el hecho de que ahora formaban parte de tu vida.

Te sentías a gusto con ellos, y ahora mismo te parecían las únicas personas cuerdas en este maldito mundo.

En realidad era todo lo contrario.

Akaza incluso estaba considerando pedir que Douma fuera tu cuidador, ya que había empezado a encariñarse contigo. Akaza disfrutaba de tu presencia, y a pesar de la situación en la que te encontrabas, tu alegría al hablar con él no era fingida.

Pero no podía permitirse acercarse más a ti, de lo contrario querría ir a verte todo el tiempo, cada hora de cada día.

Seguro que Muzan le cortaría la cabeza a Akaza si supiera que éste tenía una relación con la "futura novia" de Muzan, como solía presumir.

Akaza no estaba ciego ante el repentino cambio de comportamiento de Muzan, podía decir que Muzan se había vuelto completamente loco sólo por una chica humana, y Akaza se negaba a dejarse llevar por ese mismo camino.

Enmu, también tenía un conflicto emocional cada vez que tenía una conversación contigo.

A Enmu le gustaba mucho escucharte hablar y divagar sobre tus aventuras y experiencias cercanas a la muerte. Enmu pensaba que era raro que hablaras de tus casi muertes con tanta pasión, pero le gustaba que pareciera que no temías a la muerte.

Enmu deseaba que no te durmieras ni dejaras de hablarle tan pronto, porque quería hablarte más, quería discutir más contigo. Quería saber más de ti.

Enmu podía ver por qué le gustabas a Muzan, eras una persona tan interesante. Y la mayor razón por la que estaba tan intrigado en ti en primer lugar era porque siempre que Muzan estaba cerca de ti, tomaba la forma de un hombre, pero alrededor de todos los demás, le gustaba estar en su forma femenina.

Al principio, Enmu no entendía por qué se tomaba la molestia de transformarse cada vez que estabas cerca, pero ahora lo entendía completamente.

Eras un buen partido.

No habías visto a Enmu, pero Enmu te ha visto a ti, y si pudiera decir qué es lo más hermoso del mundo, diría que eres tú.

Enmu sabía que esto no era sano, y que un apego así era simplemente insano y espeluznante, pero no podía evitarlo.

Si pudiera... si fuera lo suficientemente fuerte... te robaría de las garras de Muzan y te alejaría de las personas crueles de este mundo que se atreverían a tratar de alejarte de él.

Akaza había intentado convencer a Muzan de que le diera el trabajo a Douma, pero Muzan seguía preguntando por qué. Akaza no podía decir por qué, de lo contrario moriría, y él no quería morir.

-Es que... me siento incómodo con ella.

Por supuesto, eso era una mentira, pero esta misma mentira era su línea de vida.

-Entonces ponte cómodo cerca de ella. Cuanto más confíe en ti y en Enmu, más cómoda se sentirá conmigo. No puedo enviar a Douma con ella, Douma la asustará con sus bromas pervertidas.

-¡Oye! ¡No todos mis chistes son pervertidos o sucios!

-¿De verdad? ¿Cuándo fue la última vez que dejaste pasar la oportunidad de hacer un chiste de "ya sabes qué más grande"?

-Eso es lo que pensaba. Ahora Akaza, sigue haciendo tu trabajo.T/n necesita su almuerzo ahora.

-Sí, por supuesto señor Muzan.-Akaza simplemente se inclinó mientras iba a buscar tu comida.

Eras una gran influencia para Muzan, y era fácil darse cuenta de que Enmu también había caído bajo tu hechizo, aunque lo único que hacías era charlar con él de cosas al azar.

Akaza apretó los puños y frunció el ceño mientras sus pies se deslizaban tranquilamente por el suelo del inframundo.

-¡Me niego a caer bajo el mismo hechizo, me niego a que me conviertan en un loco obsesionado!

"ESA CHICA,T/N.... ES PELIGROSA".