AKAZA FINALMENTE RECUPERÓ TU ALMUERZO Y SE DIRIGIÓ A LA HABITACIÓN DE MUZAN.....
Akaza observó cómo dibujabas infantilmente círculos en la pared con el dedo ya que no tenías otra cosa que hacer, y tuvo que resistir el impulso de reírse de ello.
Colocó tu comida en el suelo tan silenciosamente como pudo para poder marcharse de inmediato, pero el mínimo tintineo de la bandeja te alertó.
-¡Akaza!-exclamaste alegremente, tus ojos se iluminaron al ver al demonio azul con líneas negras en la cara.
-Oh uh, hey T/n. Pareces... emocionada de verme.-dijo Akaza lentamente, siendo cauteloso de lo que fuera lo siguiente que harías.
-¡Por supuesto que lo estoy! Somos prácticamente amigos, ya que eres el único con el que hablo además de Enmu. Pero a diferencia de Enmu, realmente he visto tu cara, así que siento que somos bastante cercanos.
-Uhm... sí... supongo que sí.-Akaza apartó los ojos de tu cálida mirada y tu brillante sonrisa.
Akaza se preguntó si te pasaba algo, porque alguien que había sido secuestrado por demonios no debería actuar así de feliz por ver al cómplice de su secuestrador.
-Bueno, puede que no me consideres tu amiga, ¡pero yo te considero un amigo! Siento que tú y Enmu sois las únicas personas cuerdas que tengo en mi vida. Todos los demás, en comparación contigo y con Enmu, parecen totalmente locos.
-¿Estás bien?
-¿Eh? Sí, estoy...
-No, me refiero a si estás bien mental y emocionalmente. Te secuestraron y te alejaron de tus amigos, que no te han encontrado, y estás encerrada en una habitación sin hacer nada más que comer, dormir y hablar conmigo y con Enmu. ¿No tienes miedo de nosotros? ¿Miedo a los demonios? ¿Por qué nos hablas como si no fuéramos demonios? Tratándonos como amigos... como humanos. ¡Así no es como actúa una persona cuerda! No puedes confiar en mí, y no puedes confiar en Enmu. Por lo que sabes, podríamos matarte en este mismo instante, aunque Muzan nos mataría como resultado.
