Capítulo 8

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Connecticut

Edan

Respiro profundamente un aroma delicioso, me encuentro aún adormilado pero puedo notar el agradable aroma, me siento tan tranquilo y cómodo...

Poco a poco voy despertando y siento como desprende calor otro cuerpo que no es el mío. Mi vista se va acoplando a la falta de luz ya que todavía es de noche y solo entra la luz de la luna.

De un momento a otro recuerdo donde me encuentro y con quién, después de un buen baño seguí haciendo a Ava mía hasta que su cuerpo no pudo más y terminó dormida.

La observo dormir, es demasiado hermosa tanto física como emocionalmente y temo como mi pecho se estruja cuando se trata de ella, en esta última semana me carcomían las ganas de hablar con ella «Y hacer otro tipo de cosas con ella» pero podía más mi orgullo hasta que simplemente no pude más.

Detallo su rostro pálido con unas pestañas negras largas y abundantes, unos labios rojos e hinchados, sus facciones tan definidas, su cabello revuelto que le cae un poco en su mejilla y lo aparto dando un suave beso en su pómulo derecho.

No puedo controlar las ganas que tengo hacia ella, no solo las sexuales, si no, cómo me gusta hablar o pelear con ella, cuando nos miramos en una batalla de verde contra gris, lo inteligente que es, lo graciosa, es demasiado para mi que no puedo controlar mis impulsos y la verdad que no me interesa hacerlo.

Nunca imaginé que en mi primer año dando clase iba a terminar en el departamento de mi alumna, pero como le dije, sé que no es correcto y no me arrepiento, de hecho lo volvería hacer una y mil veces con tal de disfrutar de alguien como Ava.

Observo su figura media cubierta con una sábana y es perfecta, tiene los pechos perfectos para amasarlos y unos pezones rosados deliciosos, una cintura diminuta, abdomen plano, un coño con un sabor delicioso y unas caderas y un culo que me tiene babeando 24/7. Creo que ya le di bastante tiempo y mi entrepierna está a punto de reventar de tan solo admirarla.

Le quito la sábana y la junto a mi pecho empezando a recorrer mi nariz por su cuello y no entiendo cómo lo hace pero es tan exquisita, siempre huele jodidamente bien y más con ese aroma a fresas y otra fruta que no logro descifrar aún cuál es. Comienzo agarrando sus caderas y subiendo mis manos a sus pechos, busco su boca con mis labios dándole paso a mi lengua sobre ellos, la dejo boca arriba y comienzo a rozar mis dedos en sus pezones ya erectos con caricias suaves.

-Mmm... - Se queja aún adormilada y amaso sus pechos sin dejar de estimular sus pezones con mis pulgares.

-Ya te di bastante tregua nena, y te dije que no te iba a dejar en toda la noche...

Sus ojos se van abriendo poco a poco y ahí está, de nuevo mi pecho se estruja al escudriñar ese verde olivo.

La beso tranquilamente y ella me lo devuelve sujetando mi nuca para que no deje de besarla, mi mano pasa de su pecho hacia su entrepierna dejando un recorrido de caricias que la hacen estremecer, abro sus pliegues y puedo sentir lo húmeda que ya está, presiono su clítoris con suavidad aprovechando sus jugos para estimularla con dos dedos que voy empujando en su interior y me salen empapados, me separo de ella y con su atenta mirada me llevo mis dedos a la boca y disfruto su excitación.

-Deliciosa nena.- Ella me mira un poco atónita pero luego se transforma su mirada en deseo.

Me acomodo entre sus piernas sin dejar de detallarla y acomodo mi falo deseoso entre sus pliegues, me prendo a uno de sus pechos y cuando aumenta su respiración me voy adentrando en su estrecho coño.

APETENCIAWhere stories live. Discover now