Capítulo 27

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Connecticut

Edan

Repaso el cuerpo que yace en mi cama bajo mis sabanas, las piernas largas que se enredan en ellas y el cabello que cubre toda la almohada. Tan solo con esta vista estoy como un tren, me gusta figurarla así, me hace recordar semanas atrás donde la podía tener en mis brazos.

Me sorprendió la llamada que hizo y al escucharla debo admitir que una histeria se apoderó de mi, tuve una gran impotencia de solo pensar que le pudo pasar algo, impotencia hacia ella de exponerse algún peligro.

Me levanto del asiento en el que estuve observándola, ya lleva unas horas dormida pero no podía dejarla sola por si tenía náuseas o si despertaba y le cruzaba la vaga idea de irse en medio de la noche.

Me acerco del otro lado de la cama para recostarme a su lado, giro recargando mi peso en un brazo para mirarla dormir tan plácidamente, no me aguanto las ganas y me acerco a ella robándole un beso en la comisura de la boca; no hace ningún gesto ni se mueve, así que solo giro mirando al techo. El insomnio se apodera sin dejarme descansar y el tenerla aquí con su olor me trae recuerdos.

No se cuánto tiempo pasa pero sigo recostado boca arriba con un brazo bajo mi cabeza, a mi lado puedo ver de reojo el cuerpo de Ava moviéndose, siguen los minutos y siento su delicada mano posarse en mi torso desnudo. Pienso que es un reflejo hasta que va trazando figuritas en todo mi pecho hasta que dirige su mano hacia mi hombro donde se asoman las plumas de mi tatuaje, lo recorre con sus dedos y es cuando decido voltear a verla.

Me observa con esos grandes ojos verdes detrás de unas largas y gruesas pestañas, me responde la mirada y observo cómo recorre mi cuerpo con su mano y enseguida me tenso.

Se acerca con convicción mientras recorre con su aliento demasiado cerca, está jugando otra vez. Así que la tomo de las muñecas deteniendo su recorrido.

-Para.- Digo firme y me cuesta la vida detenerla.

-¿Por qué?.

-Estás ebria.

-No, ya no lo estoy.

Le doy un vistazo levemente y tiene la mirada oscura llena de deseo. Me es imposible ignorarla cuando está de esta forma. Pasa una pierna quedando a horcajadas de mi, recorre sus manos por mi pecho para luego pasarlas a mi rostro. Me observa con un brillo particular que la sumerge en sus pensamientos.

Mueve sus caderas provocándome y es imposible no soltar el gruñido que la hace sonreír con malicia, estoy con una erección que no he podido dejar de tener desde que me beso en ese baño.

-Ava...- Advierto, se que no es ella la conozco y aunque la deseo, no es lo que ahora busca.

-Edan...

-Deja esto, párala ya.

-¿Entonces para que me has traído?.- Se altera frunciendo el ceño.

-¿Crees que te he traído para follarte? ¿Quién mierdas me crees?.- Es inevitable no enfadarme.

-Es lo que has hecho los últimos meses. ¿No?

Me enderezo aún con Ava en mi regazo y quedamos de frente.

-Sabes perfectamente que no, Solo quiero protegerte.

-¿Protegerme de qué? ¿De tu futura esposa?.- Bufa.- No necesito que nadie me proteja.

-No es mi futura esposa, deja tu obstinación.- La sostengo ahora de los muslos.- Si tan solo escucharas..

-Creí en cada una de tus palabras y vaya sorpresa la que me llevé, espero que no te sientas ofendido si no pretendo creerte más.- Ironiza mientras su cuerpo se agita por la efusividad.

APETENCIAWhere stories live. Discover now