Capítulo 24

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Connecticut

Edan

Ya bastante tengo con soportar a los insufribles que quieren acercársele todos los días y ahora tengo que aguantar al payaso de O'Donell, me irrita que ella le siga el maldito juego y él crea que tiene alguna oportunidad con Ava, porque sí, no soy ciego y he visto como la mira y la come con los ojos.

Simplemente no lo acepto no lo puedo imaginar, estar solo nuevamente, fundido en bares, empresas, con una mujer diferente cada noche y después de haberla tenido a ella, a mi Ava entre mis brazos, después de haberla echo mía no voy aceptar dejarla y que ningún fanfarrón crea que puede quitármela.

Me acerco al elevador y se que viene detrás mío así que oprimo el botón para llamarlo, no quedó contenta con lo sucedido en el cuarto y va a buscar la forma de acorralarme pero no la dejaré hacerlo.

Se abren las puertas y tiene esa sonrisa coqueta y esa seducción que la caracteriza.  Se adentra primero rozando mi cuerpo y puedo oler su delicioso perfume así que solo marco el piso y me alejo. Ella sonríe y se ve tan hermosa, natural que es aún difícil dejar de mirarla.

-No muerdo profesor Harris, puede entrar.

-Yo sé muy bien que si Collins.

-Podría tomar el riesgo.- se encoge de hombros.

-Si podría, pero no aseguro que me pueda controlar.- se cierran las puertas del elevador y es cierto lo que dije, estuve a punto de follarla hasta el cansancio en ese cuarto.

Aún faltan minutos para empezar mi clase pero necesitaba con urgencia alejar a ese imbécil de Ava, ella sabe lo que causa con su actitud y con sus juegos, ese idiota no se quedará con los brazos cruzados.

Espero el siguiente elevador y en cuanto se abren las puertas se deja ver Stacy adentro con una enorme sonrisa lanzándose abrazándome y lo primero que quiero hacer es correr de ese lugar.

-Vaya venía a buscarte y por fin te encuentro, cariño.- Se deja caer por fin su máscara, ya no es la misma de años pasados que se veía afectada por la situación, que lloriqueaba por hacer lo que le gustaba, la que conocí una vez de adolescente y que fue una buena amiga para mi en su momento. Ahora es la maldita manipuladora al igual que su padre.

-¿A qué vienes? No puedes estar aquí.

-¿Por qué no? Soy tu prometida y puedo venir a verte.

Me uno a ella en el elevador y se cierran las puertas.

-No. No eres mi prometida y no puedes venir aquí a molestar.

-Vamos, Edan. Tenemos que salir juntos de esta situación y conviene lo que te ofreció mi padre además, somos amigos.- Ahí está esa máscara de hipócrita de nuevo.

-Yo saldré de esta situación, tú padre irá a la cárcel y no me conviene nada de lo que esa rata pueda ofrecerme, así que largate con tus chantajes a otro lado.

Salimos del elevador y la guío al estacionamiento.

Sus ojos me ven dolidos con lágrimas en los ojos y se que se contiene pero aún así no puedo dejar de ver a la persona que pensé me ayudaría con esto, pero resultó ser que ahora me está hundiendo más.

-Pasamos muchas cosas juntos, perdimos muchas veces, ahora podríamos intentarlo y salir de esto juntos ¿a caso no lo entiendes?. Ahora lo único que te importa es hacerme a un lado quitándole todo a mi apellido. Mi padre actuó mal lo entiendo, pero soy tu amiga y ahora comprometida, no eres el mismo Edan que conozco de hace años.- Comienza a fastidiarme su drama.

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