Unión de Almas (Trilogía de Almas)

UNIÓN DE ALMAS - Prólogo

Prólogo

El frío gélido de aquella noche me estremecía, pero lo que más provocaba que se me pusieran los pelos de punta era saber que no era capaz de controlar nada a mí alrededor. Las últimas horas pensé en varios planes, en varias alternativas. Pero no sirvió de nada todo lo que dije e hice. En el fondo sabía que iba a pasar, lo presentía y aunque me aferrara a la idea de poder cambiar el curso de nuestros destinos, en ese preciso momento ya no tenía fe de que fuera posible. Pero aún así algo dentro de mí me movía. Si seguía pensando, quedándome sin hacer algo, no iba a cambiar absolutamente nada. Necesitaba moverme y luchar. No importaba aquel miedo que me paralizaba, la culpa de saber que todos estaban ahí por mi culpa, ni la preocupación que sentía por poner a todos en riesgo.

Cuando vi toda la secuencia frente a mí, Miles de sentimientos se mezclaron y no fui capaz de entender ninguno de ellos. Ya hacía tiempo que sentía esa contradicción y aún no me había detenido a aclarar mis emociones y acciones. Pero todas aquellas emociones me hicieron reaccionar y salir de aquel estado de shock en el que estaba. Mi cuerpo sin ser consciente de que era lo que iba a hacer, tan solo se impulso hacia adelante ignorando el entumecimiento que sentía en mis piernas. Di unos pasos temblando pero luego aquel miedo que me recorría se esfumó y solo saber que no había tiempo me hizo dejar de vacilar y pisar con firmeza.

Corrí, corrí como nunca lo había hecho. La adrenalina recorría por todo mi cuerpo. En el preciso instante en que sus ojos conectaron con los míos sentí un alivio, pero en un parpadeo vi como se incrustaba una lanza en su abdomen. En ningún momento aparto su mirada, ni cuando la lanza fue removida de su cuerpo, ni cuando cayó sobre el pavimento. Me quede sin aire, inmóvil en el lugar. Una presión en mi pecho crecía de una manera desgarradora, sentía que no volvería a respirar, que caía en un abismo obscuro, mi vista se nublaba mientras mi cuerpo me pedía que respirara, pero no podía, el aire no llegaba a mis pulmones. El impacto de ver como sus ojos se obscurecían y me regalaba una sonrisa cargada de tristeza y angustia, revolvió mi estomago. Sentía un nudo en mí, sentía mi garganta oprimida, mi boca seca y que mi pecho ardía, ardía como jamás en la vida lo había hecho. Ese dolor, esa opresión me estaban consumiendo por dentro.

En cuanto vi que le estaban por volver a clavar la misma lanza en la cabeza fue cuando reaccione. Mi cuerpo hervía de rabia y dolor, vibraba y un hormigueo se apodero de todas mis extremidades. Un — "No" — desgarrador salió de mi garganta, perdí el control y fue cuando expulse todo lo que cargaba en mi interior. Sentí que toda la energía de mi cuerpo se desvanecía y caí de rodillas al pavimento. El aire volvió a entrar a mis pulmones, pero mi pecho dolía. Mis manos tocaron el suelo frío y al levantar la vista ningún demonio y seriox estaba junto a su cuerpo. Habían salido expulsados y se hallaban inconscientes o inertes. No lo sabía. Con mi cuerpo temblando me levante y aunque apenas me podía mantener de pie corrí, necesitaba volver a ver esos ojos que me habían hechizado en cuerpo y alma desde la primera vez que los vi.

Apenas me vio sentí que era yo quien moría. Esos ojos recorrieron mi rostro de la misma manera que los míos recorrieron el suyo. No podía controlar el miedo, no podía pensar siquiera en no volver a verlos, esos ojos que me hipnotizaban y lograba que me perdiera en ellos. Lo peor es que lo único que sentía era felicidad y miedo, más bien preocupación. Pero no pude meterme en sus pensamientos, aun estando en ese estado, bloqueaba su mente para que no me inmiscuyera en ella.

Las lágrimas caían y chocaban en su rostro mientras sus manos acariciaban mis mejillas. Desee haber sido yo quien estuviera en su lugar, daría lo que fuera para intercambiar lugares. No quería que muriera, no por culpa mía.

— Mírame. — eso hice y me sonrió. — Por lo menos viví lo suficiente para conocerte.

Con esa frase mi mundo se volvió obscuro y negué — No puedes... Tú no puedes morir... Si mueres yo no podría... No puedo vivir sin ti.

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Hola lectores un aviso corto antes de arrancar la historia.

Primero quiero dales la bienvenida.

Cabe recalcar que está historia es ficción y que espero los atrapé.

Fecha de publicación:
- 30 de diciembre del 2021 -

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Sin más, los dejo con la introducción de este mundo.