Capítulo 23

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Derek

Escuche a Luke decirle a Katherine que corriera y escuché su corazón palpitar con fuerza. La busqué con la mirada y la vi correr hacia mí con desesperación. A sus espaldas unos demonios la seguían y Luke intentaba protegerla. Cuando me fijé en sus ojos sentí su alivio y eso me lleno. Volvía a sentir sus emociones y era algo tan absurdo en ese momento, pero me hizo feliz sentirla de nuevo en su totalidad.

Vi venir la lanza, sabía que no podría esquivar aquello y fue cuando me di cuenta que no hice lo suficiente y que ya lo había perdido todo. Está vez si lo había perdido todo. La sentí rasgar mi piel, hundirse en mis entrañas, ni siquiera me moleste en mirarla o en ver al demonio que me la había incrustado. Solo tenía mis ojos en ella, quería detener ese momento y mirarla con detenimiento por qué sabía que no había tiempo suficiente para memorizarla por completo.

Sentí la lanza perforarme más profundo antes de que la removiera y yo cayera sobre el pavimento de aquella calle en el medio de la nada. Mi corazón pálpito con fuerza al sentir todas sus emociones, sorpresa, miedo y de repente sentía que se me estrujaba el corazón y mi pecho se quedaba sin aire y adolorido. Luego sentí frío y una obscuridad me envolvió al tiempo de que una especie de estática me recorrió pero está vez ni siquiera me había tocado, estaba a varios metros de mí. La vi llorar y sentí todo en su esplendor, sentí todo su dolor. Sonreí por aquello, por lo que significaba el dolor que ella sentía y lo que no íbamos a llegar a experimentar.

Sentí de golpe rabia y la vi a ella mirar algo que estaba detrás de mí, no podía girarme y ver qué era lo que había llamado su atención pero cuando la miré con atención, vi que sus ojos brillaron de un rojo intenso como aquella noche que la había despertado de sus pesadillas. Su cuerpo empezó a emanar energía, un aura roja rodeo su cuerpo de pies a cabeza y cuando gritó con la voz rasgada esa aura se expandió con intensidad iluminando aquella calle por completo. Su energía fue tan intensa que todos los demonios y seriox salieron expulsados e inertes por aquella explosión de energía. No escuchaba ningún latido a excepción del de los chicos y el de ella.

La vi caer de rodillas, la vi levantarse despacio, se notaba exhausta por aquella descarga que había hecho. Me miró y corrió, veía como le vibraban los brazos y sus piernas flaqueaban.

Cuando conectamos miradas sentí su dolor. El dolor de su alma y de la mía. La miré con mucho detenimiento. Quería recordar cada rasgo de su rostro. Vi a través de sus ojos sus pensamientos, todos los recuerdos de ambos y eso me hizo feliz. La vi tratar de inmiscuirse en mí pero no la dejé. No quería que sus pensamientos cambiaran en esta ocasión. Deseaba que no viera algo mío y que no cambiara de pensamiento y actitud. Quería que se expresara por lo que sentía y no confundirla con mis pensamientos y sentimientos.

Sus lágrimas cayeron en mi rostro, sobre mis labios, sabían saladas. Acaricié su mejilla con intenciones de calmarla y la estática estuvo presente en cada toque, su piel era cálida a diferencia de la mía. Siempre ella era quien tenía las manos frías, pero en esa ocasión era yo.

— Mírame. — me miró y sonreí. — Por lo menos viví lo suficiente para conocerte.

Negó enseguida. — No puedes... Tú no puedes morir... Si mueres yo no podría... No puedo vivir sin ti. — declaró con más lagrimas.

Sabía que ella viviría, era humana no iba a morir si yo lo hacía. Así que eso no me preocupo.

— Lo harás Katherine. Vivirás, se que lo harás.

— No, no, no, no...

Sus manos tocaron mi rostro, era reconfortante ese calor cuando solo sentía frío.

— No puedes. Te curaras. Lo harás.

Presionó la herida, no dolía. Ya no dolía y eso significaba una cosa, no me sanaría.

Unión de Almas (Trilogía de Almas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora