Unión de Almas (Trilogía de Almas)

Capítulo 12.5

Territorio tridax - zona Broncei

Jackson.

La miré mientras trataba de recuperar el aliento. Se me era graciosa la situación, ella estaba realmente enojada. Giro en la colchoneta y me miró de mal humor.

— Eso fue trampa. No cuenta.

— Que mala perdedora eres.

— ¡Usaste tu velocidad! ¡Luke! ¡Esto es injusto!

— No es mi culpa que no sepas lo básico.

— ¿Básico? Yo sé. Tú eres el tramposo. ¡Luke! — lo llamo de nuevo.

Él dejo su Olox y la miró negando. — Otra vez estás en el suelo.

— Es su culpa. — se escusa. — Hace trampa. ¿Cómo se supone que veré sus movimientos si los hace a toda velocidad?

— Debes aprender. Ningún ser sobrenatural te atacará a tu velocidad para darte una oportunidad.

— No es lógico. Mi cerebro no procesa las cosas tan rápido con el de ustedes.

— Ya. — intervino levantando las manos. — Jackson, apenas empieza. Adáptate a su velocidad. Una vez que domine los movimientos sin problemas podrás ser más rápido y ver la respuesta que tiene. Déjala que se vaya acostumbrando.

— ¡Eso! — bramó muy digna.

— Bien. Levántate.

Ella suspiró y se incorporó. Pasó su mano sobre su frente quitándose el sudor y se colocó en posición otra vez. Me escaneo de pies a cabeza y le seguí el rollo de colocarme a la defensiva, no serviría de mucho ya que no tomaría mucho tiempo que volviera a caer.

Me quedé esperando a que se acerque pero no lo hizo, se quedó en el lugar y para ahorrar tiempo me adelante. Enseguida ella observó cada movimiento y apenas le di un puñetazo ella lo esquivo. Le di otro y lo frenó con su antebrazo, moví mi pierna enganchándola con la de ella y de un movimiento volví a hacerla caer sobre la colchoneta.

Tomó aire y cerró los ojos. — Esto es imposible.

— Otra vez.

Miró a Luke de reojo y volvió a incorporarse enseguida. Sin alejarse se lanzó sobre mí tomándome desprevenido. Ambos caímos y ella quedó sobre mí mientras la veía con incredulidad. Uno de sus pies sujetaba una de mis muñecas y una de sus manos sujetaba la otra.

— Primer regla. Nunca te confíes de un oponente.

La miré perplejo y escuché la risa de Luke.

— ¡Esa es mi chica!

— Eso no...

Me cortó. — ¿No vale? Tú velocidad de rarito es lo que no vale.

La miré unos segundos antes de levantar mis manos y ver cómo se desesperaba por bajarlas de nuevo, pero era en vano. Con más fuerza y un día movimientos la dejé a ella de espaldas y presione mi rodilla en su espalda mientras mi mano sostenía sus muñecas que por detrás.

— ¡No es justo usar súper fuerza!

— Use la misma fuerza que un humano puede usar. Deja de decir que soy tramposo.

Ella se movió intentando liberarse pero se detuvo al hacer un movimiento brusco que hizo que le doliera el brazo.

— Ya, deja.

La solté y me aleje. Ella se dio vuelta y abrazo uno de sus brazos acariciando su tríceps.

— Tomemos un descanso. — propuso lanzándole una botella al aire.