Unión de Almas (Trilogía de Almas)

Capítulo 10

Centro de entrenamiento – Territorio Tridax

Derek

Mire las puertas y no quería entrar. Siempre había sido mi ancla ese lugar, era perfecto para descargar mi ira y sentir satisfacción al final del día. Pero esta vez al empujar las puertas no lo sentía así, solo era un enorme centro de entrenamiento, repleto de equipo y máquinas para ejercitar y una iluminación que te dejaría ciego si te desmayaras y despertaras mirando el techo, además la mayor desventaja era que estaba lleno de Tridax. Eso no iba a traerme serenidad, solo me estresaría, lo supe en el momento en que todos voltearon a verme.

Al mirarme algunos bajaron la mirada como hacían habitualmente, solía de intimidarlos bastante. Otros me miraron decepcionados, supuse que esperaban ver a Jales, pero otros grupos me miraban expectantes. Y ese grupo se atrevió a irrumpir mi tranquilidad, se acercaron con cautela a hacerme preguntas por si sabía cuál sería la noticia que nos daría Jeles, el porqué algunos portales estaban siendo controlados, el exceso de ángeles en las calles mundanas y el acontecimiento en el bar de Lux. Apenas podía evadir todas las preguntas y respondía con lo básico. Ser miembro del consejo y a la vez haberme metido en la legión siempre fue un dolor de cabeza pero hoy se sobrepasaba.

Alguien me tironeo del brazo y al verlo era Erick.

— Ya déjenlo. Lo que sea que dirá Jeles lo sabrán cuando llegue. Y el resto si es importante, el consejo lo transmitirá, darán un comunicado como siempre. No molesten escorias. — escupe molesto sacándome del círculo de personas que se había formado.

Nos alejamos de todos y vi como Erika, Luke y Jackson me observaban sin decir nada. Del otro lado Astrid y Andrómeda me miraban molestas.

— No les hagas caso a ellas. — dice al percatarse de a quien miraba. — Están así porque estás metido con esa humana.

Lo miré fingiendo incredulidad. — ¿Qué humana?

Él levanta las cejas y luego me mira cansado. — Vamos Derek. La besaste en la fiesta frente a todos. Me hiciste sacar a esos humanos y luego me pediste que no divulgue sus direcciones. Tú te la llevaste, desapareciste, nadie te vio. Andrómeda dice que la amenazaste. ¿Qué planeas? Creí que ya no perderías tu tiempo con ese idiota. ¿Qué te traes entre manos?

— Nada.

— Derek te conozco. Sé que no intervienes de no ser necesario.

— Exacto. No preguntes.

— Okey. ¿Y el bar Lux? Félix te vio ahí. — indica a Félix que estaba terminado de acomodar su ropa de entrenamiento.

— Hasta ahora no se sabe mucho. Fue un ataque planeado. Alguien tuvo que dejarlos entrar. Los ángeles dijeron que se encargarían por el momento, pero pidieron que si salíamos al mundo mundano y nos topamos con alguna situación nos encargáramos y se lo reportáramos. Eso se reportará a la tarde por transmisión en vivo.

— Entiendo. Luego hablaremos cuando haya menos oídos.

Asentí y me senté en un banco.

— Redujeron las noches de energía. — dice molesto. — Varios de aquí están molestos por ello. Mis padres y sus colegas están preocupados por eso. Dicen que el consejo hablo con algunos ángeles y brujos, dicen que algo pasa.

Negué indicándole que no era el lugar, él suspiró pero luego asintió.

En ese momento entro Jales y todos se levantaron y se acercaron a él esperando a que hable de la noticia que se supone que diría. Pero él apenas nos ve, levanta la mano señalando el otro extremo de la sala y gritó con tono demandante a que fuéramos al cuadrilátero.