Capítulo 31

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Mi madre me consuela durante una hora entera, y yo no he parado de llorar ni un segundo.

-Gracias por escucharme- la agradezco.

-Eres mi hija, sabes que siempre estaré aquí para escucharte

-Gracias

Voy hacia mi habitación y veo a Dani, pero me asombro tanto que me quedo parada en el marco de la puerta.

-Dani- le digo en un murmuro, él solloza y se da la vuelta en la cama, dándome la espalda- ¿Estás...llorando?

Eso llama la atención de mi madre y se pone a mi lado en la puerta, me mira confusa y asombrada.

-Déjame en paz- sí, está llorando. No me lo puedo creer, nunca jamás he visto llorar a mi hermano.

-Está llorando...- murmuro.

-Dani. ¿Qué te pasa?- dice mi madre dando un paso dentro de la habitación, pero Dani se da la vuelta tan rápido en la cama y mi madre se queda quieta.

-¿Queréis saber lo que me pasa? ¿Eh? Bien, pues os lo diré- dice sentándose- ¡Johnny y su maldita relación contigo, eso es lo que pasa!- dice señalándome.

-¿Qué tiene que ver eso para que estés así?- pregunto confusa.

-Que en esta casa sólo se habla de ti y de Johnny, de nada más. ¡Estoy harto! Y más cuando te lo he advertido y no me has hecho ni caso

-¿Puedes dejar de decir "te lo dije"?- pregunto enfadada.

-Estoy harto de escuchar el nombre de Johnny hasta en mis sueños, si ese idiota no ha podido mantenerte a su lado es su problema

-¿Pero a ti qué te pasa ahora? ¿Por qué estás tan enfadado?- pregunto molesta.

-¿Cuántas veces ha importado mi opinión? ¿Cuántas veces hemos hablado de la reacción de Ali y yo entre nosotros? ¿Alguna vez me habéis preguntado qué tal estamos? ¿Qué tal estoy yo? ¿Qué tal nuestra relación? ¡No! Porque solo habláis de Johnny, Johnny y Johnny, de nada más

-¿Es eso?- pregunto asombrada.

-¡Claro que eso! Todo el tiempo mamá te escucha a ti pero nunca tiene tiempo para escucharme a mí, y cuando hablo o doy mi opinión solo me regañáis y me mandáis callar- dice levantándose de la cama.

-Podrías haberlo dicho antes, no esperar a que pase esto- dice mamá.

-¡Pero si nunca me dejáis hablar! Mira Amy, siempre te he apoyado en todo, pero ya me he cansado, solo te estoy diciendo la verdad. Johnny es un idiota y deberías dejarle atrás si quieres seguir viviendo en paz, porque ese idiota solo sabe traer problemas a nuestra vida, a TU vida

-Dani...

-¡No! Igual que vosotras no queréis escucharme, yo a vosotras tampoco os voy a escuchar. Me voy- dice cogiendo una chaqueta y yendo hacia la puerta.

-¿A dónde vas? Es muy tarde para que te vayas, vuelve aquí- dice mi madre.

-¿Qué harías si te enteraras de que el otro día tu hija preferida se escapó a la una de la mañana con su noviecito?- suelta asombrándome, no me esperaba que lo dijese.

-¿Cómo?- pregunta mi madre hacia mí.

-Yo...

-Amy no es tan perfecta como piensas, mamá

-¿Cuál es tu maldito problema, Daniel?- pregunto furiosa.

-Oh, si me llama Daniel y todo- dice como si fuera una novedad- Bueno pues ya que ella se escapó, yo también me voy, buenas noches- sale de casa y miro a mi madre.

-Después te explico todo, voy a por él- digo cogiendo mi chaqueta y saliendo detrás de mi hermano- Dani, espera

-No, no quiero escucharte

-Espera- le cojo del brazo pero él se suelta bruscamente.

-No pienso escucharte Amy, vuelve dentro, a mí déjame en paz

-No quiero dejarte en paz

-Pues yo sí quiero- coge su bici y antes de de pueda irse, me pongo delante.

-No entiendo por qué estás actuando así ahora mismo, pero no me gusta nada, Dani, tú no eres así

-Claro que soy así, solo que siempre me guardo las cosas y nunca las saco. Quítate del medio

-¿Por qué lo sacas ahora?

-Porque me cansado de ser tu sombra. Quita

-No

-Quítate

-No

-¡Que te quites joder!- grita dejándome asombrada, le miro dolida.

-Lo siento...- murmuro antes de darme la vuelta para volver a casa.

-¿Qué te ha dicho?- pregunta mi madre preocupada.

-Volverá, no te preocupes- digo metiéndome en la habitación para estar sola, necesito descansar de este día tan largo que hemos tenido.

Durante el resto de la semana, Dani y yo estamos distanciados, él sigue muy enfadado conmigo y con mi madre, apenas me ha mirado.

-Dani, cariño, come algo- le dice mi madre triste, él hace caso porque no tiene otra opción. El desayuno se me hace eterno e incómodo, como últimamente.

Es sábado por la mañana y estoy feliz por ir al club de campo con Ali y sus padres, estoy ansiosa de ver cómo será.

Me levanto de la mesa en silencio cuando termino y voy a darme una ducha y cambiarme de ropa, cojo mis cosas y salgo.

-Me voy, no quiero llegar tarde- le doy un beso a mi madre y me pienso si darle uno a mi hermano, cuando ve que le estoy mirando y conectamos nuestras miradas, me arrepiento y no lo hago.

-Ten cuidado- dice mi madre, asiento y salgo de casa. Voy andando hacia Encino, necesito un poco de aire.

Hace días que no veo a los chicos y a Johnny y no puedo soportarlo, siento mucho vacío en mi vida sin ellos, se nota su ausencia.

Cuando estoy frente a la puerta, no puedo evitar mirar a mi derecha calle abajo, donde sé que está la casa de Johnny aunque no la vea. Miles de recuerdos invaden mi mente, y duele.

Llamo al timbre y me abren los padres de Ali felices.

-Vaya Amy, estás muy guapa- dice la madre.

-Nos alegra mucho que estés aquí- dice el padre.

-Ali siempre habla de ti y cuando te conocimos en la fiesta de pijamas entendimos por qué- dice la madre con una gran sonrisa.

-Dejad a mi invitada en paz- dice Ali al final de la escalera que lleva al segundo piso.

-Vamos, pasa- dice su madre, entro en la casa y recuerdo aquella noche en la que maldigo haber dicho cómo me sentía respecto a Johnny.

Karate Kid (Johnny Lawrence y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora