Capítulo 34

923 74 1
                                    

Johnny tiene la boca ligeramente abierta y está completamente dormido, además su pelo rubio está revuelto. No tiene camiseta puesta, pero sí tiene pantalones puestos.

Levanto la sábana para mirarme a mí, no tengo pantalones pero tengo una camiseta negra que me queda enorme y consigue taparme hasta los muslos.

Cuando intento moverme, la cabeza parece que me va a explotar del dolor y el mundo me da vueltas.

Me caigo de la cama al darme la vuelta, pero eso no despierta a Johnny, veo el teléfono fijo que tiene el rubio en su mesa de noche y gateo hasta él. Llamo a mi casa y es mi madre quien responde.

-Mamá...- murmuro, mi voz está ronca.

-¡Amy! ¿Dónde estás?

-En casa de Johnny. ¿Puedes venir a recogerme? Rápido

-Claro, en seguida. Felicidades por cierto- dice antes de colgar, sí, hoy es mi cumpleaños pero nadie salvo Dani y mi madre lo sabe.

Recojo mi ropa del suelo, la cual está tirada de cualquiera manera, y deseo que no haya pasado nada entre nosotros, porque no estoy preparada para asumirlo.

Salgo de la habitación sin hacer ruido al igual que de la casa, por suerte ni Sid ni Laura me ven. Fuera, mi madre tarda unos minutos en llegar, lo que es muy malo para mí porque hace frío y yo no tengo pantalones ni zapatos.

-¿Pero cómo se te ocurre salir así? Haberte vestido al menos- me regaña mi madre.

-Lo siento, quería salir de ahí en seguida

-Felicidades cariño- dice dándome una bolsa.

-¿Qué es esto?

-Ábrelo

Son las botas que llevo queriendo desde hace tiempo, son negras y tienen plataforma, también hay un par de productos de maquillaje. Le doy un abrazo que dura demasiado de mi parte, pero ahora mismo necesito consuelo emocional.

-¿Estás bien o es que es tu cumpleaños?- pregunta extrañada, arrancando el coche- Bueno, por cómo vas vestida supongo que has pasado buena noche

-¡Mamá!- grito avergonzada.

-¿Qué? Dani me dijo lo que pasó anoche, supongo que Johnny y tú habéis hecho las paces y bueno...ha surgido algo

-¡No! No quiero pensar en eso ahora

-¿Por qué? Es algo natural, Amy

-Mamá, creo que Dani se ha saltado la parte en la que estaba borracha

-¿Qué?- el frenazo que pega ante un semáforo me asusta.

-Lo siento, lo que pasó en el club me dejó muy mal y bebí sin pensar. No me acuerdo  de nada y no sé si ha pasado algo entre Johnny y yo, pero quiero pensar que no

-Eres una descuidada. Y peor es tu hermano por no haberte cuidado. ¿Cómo se te ocurre?

-Quería olvidar, no quería pensar más en Johnny, y al final he acabado amaneciendo con él- me quejo.

-Si lo has hecho, es porque lo deseabas

-¿Qué? ¡No!

-Estabas borracha, así que tiene sentido

-¿Sabes qué? Para en el primer sitio que veas, me voy a teñir de rubio por mi cumpleaños

-¿Qué? No vas a hacer tal locura, tienes un pelo muy bonito

-Necesito renovar mi vida poco a poco, y quiero que estos días mires escuelas de baile fuera de aquí, quiero irme cuando termine el instituto

-No puedes estar hablando en serio. ¿Quieres estudiar tu último año fuera?

-Sí, no fuera de Estados Unidos, pero si fuera de este sitio que solo me hace recordar cosas malas

Paramos en un sitio y mi madre compra el tinte que necesito, después nos vamos a casa.

-¿Dónde está Dani?- pregunto, necesito preguntarle sobre ayer.

-Ha salido a entrenar, deberías hacer lo mismo, se acerca el torneo

-Entrenaré aquí sola, estoy cansada

-Está bien, yo tengo que ir a trabajar, disfruta de tu cumpleaños, tienes un pastelito en la nevera- dice dándome un beso en la cabeza- Y tómate una pastilla para el dolor de cabeza- eso es justo lo que hago.

Voy al baño y veo mi aspecto en el espejo, casi salgo corriendo al asustarme de ver mi reflejo. Mi pelo está hecho un desastre, debajo de mis ojos tengo todo negro por el maquillaje corrido, mis labios están un poco hinchados y todavía tengo la camiseta de Johnny puesta. Me doy una ducha y me cambio de ropa a una más cómoda para estar por casa.

Como algo y luego practico mi equilibrio subida en el borde del sofá, cuando mi hermano entra gritando casi me caigo del susto.

-¡FELICIDADEEES!- me bajo de un salto, asustada, no me lo esperaba.

-¡Dani!- exclamo regañándole.

Me da un gran abrazo y no para de preguntarme si estoy bien, dónde he estado, si alguien me ha hecho algo malo, si me ha pasado algo malo...etc.

-Dani, estoy bien, pero quiero que me expliques qué pasó, a lo mejor así me acuerdo de lo demás

-Bueno, llegaste a la casa del señor Miyagi, lloraste por...

-Eso ya lo sé, ahí no estaba borracha, Daniel- me quejo.

-Vale, vale. Cuando estabas borracha me contaste todas tus penas, lloraste muuuuucho por Johnny. Después hablamos de lo nuestro, me pediste perdón muchas veces y dijiste que te sentías culpable, pero hicimos las paces. Luego volviste a hablar sobre Johnny y saliste corriendo mientras llorabas, supuse que ibas a ir a su casa al haber estado hablando de él, pero claramente no iba a ir allí a por ti

Intento acordarme de lo que pasó después de eso, pero es imposible, no me acuerdo.

Después de comer, Dani y yo nos vamos con el señor Miyagi, vamos a aprender a atacar, aunque yo ya sé, pero me da curiosidad ver cómo es su técnica.

Practicamos durante toda la tarde, y cuando se hace de noche entramos en la casa y nos ponemos alrededor de la pequeña mesa, sentados en el suelo.

-Felicidades Amy san- dice el señor Miyagi dándome una caja envuelta en papel de regalo.

-¿Para mí? No tendría que haberlo hecho, señor Miyagi- le agradezco, lo abro y es un Gi de Miyagi-Do, tiene un gran sol naranja con un bonsai en el medio, en la espalda- Awww, es precioso, me encanta. Muchas gracias

-Yo también quiero uno- se queja Dani.

-Mañana cumpleaños de Daniel san- dice el señor Miyagi.

-Eso, mañana es tu cumpleaños, no seas egoísta e impaciente- digo riendo para molestarle.

Es una verdadera causalidad que mi hermano y yo nos llevemos un año y un día de diferencia, bueno, casi ni un día en realidad. No es por echarme flores, pero seguro que fui su mejor regalo de cumpleaños.

Karate Kid (Johnny Lawrence y tú)Onde histórias criam vida. Descubra agora