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Capítulo ocho.

"Héroe numero uno"

Bakugou se dedicó a cargarla al baño y empezar a quitar el pañal sucio. Miró a la bebé con asco, antes de notar como la bebé empezaba a jadear de una extraña manera. Sus mejillas estaban rojas y parecía estar a segundos de llorar.

«No me digas que ella..»

Con rápidamente se dedicó a limpiar con toallitas húmedas su trasero y colocarle un pañal limpio. Posó su mano en su frente hasta notar como parecía estar su temperatura demasiado elevada.

— Tú no..— murmuró con preocupación hasta arroparla y correr a la habitación de la castaña.

— Oi uraraka.— le llamó mientras la sacudia suavemente.

Ella abrió sus ojos con rapidez. Sabía perfectamente que cuando la llamaba por su nombre, se trataba de algo realmente serio.

—Iré al hospital, tú quedate aquí. Me llevaré a la bebé conmigo ¿Entiendes?— comentó con seriedad.

El cenizo posó su mano por segunda vez en la frente de la bebé y salir de la habitación. La castaña se levantó.

—Iré contigo.

—No. Tú debes descansar.— respondió tajante mientras apresuraba el paso.

—Iré quieras o no, yo estoy perfectamente bien bakugou.— respondió con rápidamente hasta agarrarse de uno de sus brazos, —Si estás tan preocupado por mi entonces me aferrare a ti.

El cenizo la miró con vergüenza antes de salir de la cabaña y cerrar la puerta tras de si.

—Si te desmayado o algo así, te voy a explotar.— amenazó mientras miraba en todas direcciones, antes de cruzar la calle.

Bakugou hiso parar a un taxi, el cual se aparcó y les invitó a que entracen.

—¿Hacia dónde los llevo?— preguntó el chofer con tranquilidad.

—Al hospital, lo más rápido posible.— respondió el cenizo mientras fijaba su vista en la bebé, quién empezaba a quejarse.

El chofer asintió y avanzó rápidamente por la carretera hasta llegar frente al hospital y estacionarse.

—Aquí tiene.— comentó la castaña extendiendole dinero.

—No se preocupen por el dinero, e notado que van por su bebé al hospital y creo que sería demasiado desconsiderado de mi parte, cobrarle a una familia tan joven y hermosa.— habló sonriente el anciano.

—¡Uraraka!

—Ya voy.— habló rápidamente hasta agradecerle y salir de el coche.

El cenizo cogió una de sus manos, obligándola a caminar más rápido. Llegaron hacia la sala de emergencia, en la que no dudó en hablar con una de las encargadas.

—Vine por la bebé.— avisó con seriedad.

—Dígame cuál es el problema.

—Su temperatura a aumentado de golpe y a empezado a jadear repetidas veces. —respondió dedicandole una mirada de preocupación una vez más a la bebé, la cuál apretó con sus manitas uno de sus dedos.

—Espere unos momentos, le llamare-

—¡No me vengan con esa mierda, ella necesita ser atendida rápidamente!— alzó la voz perdiendo la paciencia.

—Disculpe pero-

—No se justifiquen con los demás pacientes, por que estoy seguro que están demasiados relajados como para tomarse la puta molestia de atender rápidamente. Y si no haces algo, me encargaré de explotarle la puta cara.— amenazó tajante antes de activar su quirk y enseñar pequeñas explosiones previniendo de su mano.

💥 l ¡¿ᴜɴ ʙᴇʙᴇ́?́! l [ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏ]💥Where stories live. Discover now