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Capítulo treinta.

"¿El intento de uno?"

Despertar y aclararle todo a masaru fue todo un lío, primero por que el testarudo se negaba rotundamente a escuchar sus explicaciones «se sentía traicinado por su hijo, ya que habían acordado contarse las cosas de hombre a hombre.»

Segundo, el castaño parecía mirar enbobado a la bebé.

Y tercero, simplemente por que era masaru.

— ¿Entonces no es su hija? Qué lástima.— murmuró con un leve puchero el castaño.

Tanto el cenizo como la castaña intercambiaron unas fugaces miradas antes de dejar al la bebé a manos de el par de adultos, quiénes parecían sumergidos mirando a la bebé quién no dejaba de sonreír dulcemente.

—¿Ya la viste? Es hermosisima..—musito com ternura el castaño,—mira sus ojitos Aww.

—Lo es.— respondió tirando una de las mejillas de la bebé quién se quejó, —Huy pero qué caracter.

—Mira quién habla..— murmuró desde la cocina el cenizo mientras terminaba de agitar la leche que recién preparo y caminaba hacia la bebé hasta alzarla en sus manos con delicadeza antes de que la bebé empezase a tomar de ella.

—Jamás imaginé verte en esta posición tan joven— comentó la adulta mientras reía, —Me pregunto cómo carajo lo hiciste los primeros días.

—¡Oh no, tengo que irme!— exclamó masaru mirando el reloj mientras se apresurada con subir las escaleras arriba, bajar con su maletín e irse rápidamente sin antes depositar un casto beso en la mejilla de su espalda esposa hasta irse.

—Menudo idiota.— murmuró la ceniza, —Como sea ¿Ya desayunaron?

—Si.— afirmó el cenizo.

—Ya veo, por cierto cielito ¿Ya son novios, verdad?— inquirió con una  sonrisa divertida en sus labios.

—S-Si.— afirmó la castaña dudosa.

—Eso es bueno, creo que-

Una llamada interrumpió a la ceniza quién a regañadientes cogió el teléfono hasta responder.

—¿Si? Ajá..¿Qué? ¿No se supone que me darían días libres desde hoy?..agh está bien, iré de inmediato. Si si adiós.

*colgó la llamada.*

—Me tengo que ir muchachos, tal vez no regrese hasta la noche.— avisó con pereza, —Adiós amor mío.— se despidió de la bebé con cariño.

El cenizo miró con incredulidad.

Mitsuki sabiendo la expresión de su hijo se acercó hacia a él hasta depositar un sonoro beso en su mejilla.

—Adiós bebé.

Los colores se le subieron a la cara con toda la vergüenza de el mundo.

—¡N-No jodas vieja bruja!

La ceniza río antes de despedirse con un leve asentimiento de la castaña y marcharse rápidamente, dejando a la pareja en silencio.

La bebé soltó una pequeña carcajada antes de tirar los cabellos de el cenizo quién fastidiado por ello decidió pasarlo por alto y dirigirse a uno de los sillones hasta acomodarse en el y mecer con cuidado a la bebé quién empezó a cerrar sus ojos a medida que bebía de la leche.

La castaña recordó la última vez que había tenido la oportunidad de capturar un momento de la bebé y el cenizo, por ello sacó su teléfono hasta dar con la imagen, acercarse al cenizo y sonreír.

💥 l ¡¿ᴜɴ ʙᴇʙᴇ́?́! l [ᴋᴀᴄᴄʜᴀᴋᴏ]💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora