CAPÍTULO 1: "Alumno nuevo"

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Jimin


Me desperecé con ganas, recostado a los pies de mi cama de dos plazas.

Las clases en el instituto habían finalizado hace unas horas y calculé que mi madre estaría preparando la cena para esos momentos. Papá no tardaría en llegar del trabajo y Jihyun, mi hermano menor, estaba en casa de un amigo estudiando en grupo, o al menos eso fue lo que nos dijo.

Eso me otorgaba unos considerables minutos para hacer cositas con el chico sexy que repasaba la lección del día muy concentrado, sentado en mi escritorio.

Jeon Jungkook asistía conmigo a la secundaria de Seúl y era dos años mayor que yo. Era estudiante modelo de su curso y el presidente del mismo –al igual que yo del mío–, un intelectual, de aspecto físico imponente y, además, mi novio. No podía creer la suerte que tenía, pues prácticamente todas las chicas y gran parte del público masculino del instituto enloquecían por él.

Me coloqué con el vientre sobre el acolchado, juntando las manos bajo mi barbilla para poder observarlo mejor mientras jugueteaba con mis pies, moviéndolos de arriba abajo como una colegiala enamorada. Bueno, lo de enamorado era una realidad indiscutida.

Seguí su brillante cabello azabache hasta donde se unía con su mandíbula filosa. Memoricé el relieve de sus músculos bajo la camisa, que parecía a punto de estallarle. Eso junto a sus anteojos de lectura le daban un aire a Clark Kent que terminaba por volverme loco.

–Creo que se te está cayendo un poco la baba –dijo él, sin siquiera echarme un vistazo. Seguía ensimismado en sus libros de química, haciendo los ejercicios que le dejaron ese mismo día.

–Pues ven y júntala con tu lengua.

Sonreí en cuanto sus ojos se alzaron por encima de la montura de sus anteojos, sopesando lo que mis palabras atrevidas dejaban entrever. Sentí calor en cuanto observó mi posición vulnerable en la cama, enfocándose en la parte inferior del uniforme que no me molesté en quitarme. Sabía que le ponía a mil verme con la falda corta y a mí me gustaba tomar ventaja de las debilidades de mi hombre.

Se quitó los lentes, dejándolos arriba de sus libros y se masajeó el puente de la nariz.

–Espero que eso no sea una provocación, Jimin –suspiró.

–Oh, claro que lo es –ronroneé, levantando un poco las tablas de mi falda "con aires de inocencia"; lo suficiente como para mostrarle que no llevaba más que una tanga debajo de ella. Resaltaba la curvatura de mis nalgas, de un rosado pálido. Las mismas que él adoraba morder para marcar que era de su propiedad.

–Conoces el código de vestimenta para el colegio. Sabes que se lleva calza debajo de las faldas. ¿Qué clase de ejemplo le das a las demás estudiantes que llevan faldas en tu clase, siendo el delegado del curso?

–Soy un chico. El código de vestimenta fue redactado para las chicas –tonteé con él, girándome para quedar boca arriba, con la cabeza colgando al final del colchón y la vista puesta en él mientras empezaba a quitarme los botones de la camisa con la insignia del colegio.

–Tú mismo pediste reformar el código este año.

–Ujum. Mayor inclusión. Y también me gusta que me mires las piernas en los recreos. Me pone muy caliente.

En cuanto quité el último botón, abrí la tela con lentitud. Dejé expuesto mi pecho para que mirara y me masajeé los pezones con picardía.

Oh, delicioso placer. Pecado con gusto a manjar.

Before the baby ║ Kookmin/VminWhere stories live. Discover now