Capítulo 27: Los suegros

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Jimin


Respiré pausadamente, hundiéndome al exhalar y reflotando al inhalar. El agua de la piscina estaba en calma suficiente como para bañar la superficie de mi piel con un oleaje sutil y su calor entibiaba mi cuerpo.

Me mantuve boca arriba, con los ojos cerrados, los brazos extendidos y las piernas abiertas, disfrutando de la tranquilidad del silencio, que me absorbía por completo. Mis oídos estaban tapados por el líquido cristalino, aislándome aún más de cualquier sonido a mi alrededor. Sólo me concentré en mi respiración acompasada, las olas pequeñas que se estrellaban en mis laterales, mi cabello revoloteando y la suave presión de las manos de Taehyung, que eran como grilletes sobre mis tobillos, paseándome alrededor de la piscina.

Un gruñido de irritación escapó de mi boca tan pronto como Tae me soltó.

—Es mi turno.

—Un ratito más —pedí, negándome a abrir los ojos y acabar con el estado zen en el que me hallaba.

—Eso dijiste hace diez minutos. No seas injusto, bebé.

A pesar de que su tono era suave, podía imaginarme su cara de fastidio con los brazos cruzados sobre el pecho sin siquiera verlo. Se me hacía cada vez más fácil adivinar sus expresiones y lenguaje corporal.

Este fin de semana fue exclusivo para nosotros. Jungkook viajó a Busan en representación de nuestro instituto para una competencia intercolegial de matemáticas. Llevaba tiempo preparándose e insistió en que lo apoyáramos desde aquí, con la vaga excusa de que se pondría muy nervioso si nos veía en una tribuna alentándolo. Necesitaba concentración completa para poder ganar.

Entonces Tae me invitó a su casa, aprovechando que sus padres estarían fuera hasta el domingo por la tarde. Lo habló previamente con Kook para que no hubiera problemas entre nosotros y vine el viernes después de clases para quedarme.

Disfruté de un día entero donde uno de mis chicos me consintió y mimó más de lo que merecía.

Tae estaba siendo muy atento y procuró que me sintiera cómodo. Si bien en su casa tenía un mayordomo y servidumbre que se encargaba de las tareas domésticas, se aseguró de que no me cruzara con nadie. Resolvió el asunto de la comida con el cocinero, por lo que podía paladear cualquier manjar que pidiera.

Me asombraba que tuviera una vida tan cómoda. Nunca dio muestras de comportarse como esa clase de personas soberbias que mangonean esperan que otro haga todo por ellos. Al contrario, era agradecido y correcto cuando le hacían los favores.

—¿Me escuchaste? —se quejó Tae, salpicándome agua en la cara para que espabilara.

Tuve que abandonar mi estado de reposo para escudarme el rostro con los brazos. El maldito empezó a tirarme agua con todas sus fuerzas.

—¡Basta, Taehyung! ¡Me arde!

Era bastante sensible al cloro, por lo que no pude evitar refregarme los ojos. Él lo sabía, así que enseguida llegó a mi lado para detenerme.

—No te toques. Te hará peor —susurró, agarrando mis manos.

Era hora de un poco de teatro. Me gustaba que él se preocupara por mí y tomaría ventaja de eso.

—Te dije que no me tires agua a la cara y vas y lo haces —lo empujé y le di la espalda, volviendo a refregarme la cara.

—Minnie, lo siento. Me olvidé que te hacía mal.

Me envolvió el cuerpo en un abrazo y posó su cabeza en mi hombro. Sonaba de veras arrepentido. Era el momento de tomar la ventaja.

Escapando de su agarre e imponiendo distancia entre nosotros, le lancé una ráfaga de agua. Lo tomé con la guardia baja, usando eso como ventaja para escapar con rapidez. Nadé en dirección a la escalera, lanzando brazadas y patadas.

Before the baby ║ Kookmin/VminWhere stories live. Discover now