Capítulo 19: "Mucho mucho mucho"

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Jimin


Logré llegar a casa de Taehyung sano y salvo a duras penas. Manejé sin control por la ciudad, saltándome cuanto semáforo en rojo encontré y aceleré por encima de la velocidad máxima en la autopista. Aunque le prometí que iría con cuidado, escucharlo tan desconsolado me tenía lleno de pánico. No quería que se hiciera daño porque no estaba ahí para detenerlo.

El enorme portón de hierro forjado que indicaba el ingreso a la propiedad estaba abierto, así que deslicé mi vehículo hasta detenerme en la rotonda de entrada a su casa. Pude verlo sentado a los pies de la escalera del porche, con la cabeza escondida entre las piernas y una pistola en la mano.

Apenas pude apagar el coche de lo nervioso que me puse. Verlo en esa postura, como si buscara escudarse del resto del mundo, me partió el corazón.

—¡Taehyung! —lo llamé, al notar que no se había percatado de mi llegada ni siquiera por el ruido del motor del auto.

Él alzó el rostro, buscándome. Su expresión era una combinación de tristeza absoluta mezclada con una aliviada sorpresa. La humedad alrededor de sus ojos rojos me indicó que hasta entonces había estado llorando y no se me pasó por alto el temblor de sus manos al aferrar con fuerza la pistola.

—Jimin, llegaste —me susurró al oído con la voz quebrada por la emoción en cuanto me planté para darle un feroz abrazo. No me importó que el arma que sostenía pudiera estar cargada. No interesaba nada más que saber que él estaba bien y que yo había llegado para protegerlo de sí mismo.

Sensibilizado por verlo en ese estado tan deplorable, tan... roto, no pude evitar derramar unas lágrimas al mismo tiempo que lo estrechaba con más fuerza. Él estaba pasando por un momento difícil y asumí que su adicción no lo estaba ayudando en absoluto. Las ojeras bajo sus ojos y su rostro demacrado lo demostraban. Durante nuestra llamada me di cuenta de cuánto lo necesitaba en mi vida, porque sentía su dolor como propio. Y él era tan egoísta de pensar en quitarse la vida y abandonarme, a costa de mi promesa de estar para cuando me necesitara.

Ambos nos mantuvimos en esa posición por unos minutos, dejando salir fuera esos sentimientos tan fuertes que nos removían por dentro. Finalmente, me aparté un poco, enjugándome el rostro con la manga del abrigo.

Lo sujeté de las mejillas, sintiéndolas congeladas al tacto por el frío de estar esperando a la intemperie. Aparté con gentileza la humedad de su rostro con mis dedos para poder besar con dulzura sus labios. Los sentí agrietados y helados contra los míos cálidos por la calefacción del auto, cayendo en cuenta de que quizás él me había esperado por diez minutos sentado fuera.

—¿Hace cuánto estás aquí? —le pregunté, usando mis manos para calentarle las mejillas y la nariz.

—Un rato.

—Vamos adentro que no te hará bien estar en este frío —lo sermoneé, ayudándolo a ponerse de pie.

La forma en que me miró me caló profundo, removió mi corazón. Recobró la vida que lo abandonó, enfocado por completo en mí como si fuera una estrella brillando sólo para él. Me observó con ojos de amor, con la clase de sentimiento que no puedes controlar y que se te escapa hasta por los poros, dejándote en descubierto y con la guardia baja.

Era el mismo tipo de brillo que encontraba en los ojos de Jungkook desde que éramos niños. Y estaba seguro de que era similar a mi fascinación al mirarle.

Tae bajó los ojos hasta la pistola que sostenía en la mano derecha, inseguro sobre qué hacer con ella.

Le pedí permiso y se la saqué de las manos, asegurándome previamente de que tuviera puesto el seguro. La guardé en el bolsillo de mi abrigo hasta que encontrara un lugar donde dejarla. Acto seguido, tomé a Taehyung de la mano para llevarlo al interior de la casa.

Before the baby ║ Kookmin/Vminजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें