Capítulo 8: "Beso al ángel"

650 91 43
                                    

Taehyung


Pasaron un par de días desde el incidente en el bar. Si debía ser más específico, una semana.

Fui un estúpido por exponerme tanto teniendo al enano rubio conmigo. No pensé que terminaría apareciéndose en medio del baño, justo cuando aspiraba cocaína en compañía de Tim. No sé qué tenía dentro de la cabeza para suponer que podría escaparme, tomar una dosis y regresar como si nada hubiera pasado.

En un descuido, conseguí que mi descarriada vida fuera del colegio quedara expuesta delante de una persona a la que me preocupaba espantar.

Quiero decir, me agradaba el niño bonito. Me perdía mirándolo cuando la oportunidad se presentaba, envidiando con todo mi ser a Jungkook, el tipo perfecto y servicial que lo hacía todo jodidamente bien. ¿Cómo un desastroso como yo tendría la oportunidad de competir por conquistar el corazón de Jimin, si él tenía a un sujeto correcto como Jeon Jungkook a su lado? Era un suicidio. Imposible. Estaba fuera de su liga.

Cerré los ojos, recostando mi cabeza hasta que chocó contra la solidez del hormigón de una columna.

De nuevo me había saltado las clases, aprovechando el recreo. Me escondí bajo las gradas de la cancha de fútbol, el perfecto sitio donde a ningún monitor se le ocurría chequear y donde nadie osaba pasear, a no ser que el instituto tuviera algún festejo de turno.

Me fumé una calada del cigarrillo de marihuana que me dio Tim anoche y recordé lo que habíamos hecho.

No me sentía orgulloso por haberme acostado con él. Las cosas simplemente se dieron y terminé llevándolo a casa luego de que terminara su turno en el bar por la noche. Lo escondí en mi cuarto antes de que alguien en la casa notara su presencia, aunque sospecho que no se le habrá pasado a nuestro curioso mayordomo.

Estando solos, bajo la seguridad de una puerta con la llave echada, le compré a Tim algunas drogas que me ofreció. Cocaína, en primer lugar. Luego, una bolsita de marihuana para armar y una tableta de Valium, que me recomendó para cuando se acrecentaran mis síntomas de abstinencia.

Él decía que mi consumo empezaba a ser regular y que el bajón de cocaína me pegaría más duro con el tiempo. Para no entrar en ellos y alertar a los demás con mi irritabilidad, me aconsejaba apalear la falta con algo que me relajara, como la marihuana o el Valium. Me aconsejó este último ya que el diazepam, al ser un depresor, funcionaría como tranquilizante.

Yo sólo le hice caso. Y le dejé que se sacara las ganas que sé que tanto me tenía, con tal de mantenerlo a mi lado para que pudiera surtirme de lo que necesitara.

Siendo sincero, no fue algo que disfrutara hacer.

Tras esnifarme una línea, pensé que la hipersensibilidad me ayudaría con el placer. Pero no podía sacarme de la cabeza la imagen de Jimin llorando en el baño del bar.

Mientras Tim se mecía en cuatro entre mis piernas, no dejé de fantasear con la idea de que su cabellera platinada fuera de un color más cenizo. Al aferrarme a sus piernas para embestirle con rudeza, deseé que su piel fuera más suave, con los músculos más delgados. Incluso llegué a imaginar que sus sonoros gemidos ásperos se volvían más dulces, con el tono afeminado de Jimin.

Con eso conseguí llenar de semen el condón. Gracias a la imagen de un chico aniñado que se había preocupado y llorado por mí. No entendía cómo Park podía querer ser cercano a alguien como yo: un desgraciado frívolo que andaba sin consuelo por la vida buscando desconocidos que pudieran llenar el vacío en su cama.

Apagué el cigarrillo, sintiendo el temblor de mis manos y el sudor frío empezando a humedecer mi frente. Me rasqué la nariz al sentir un picor en la punta.

Before the baby ║ Kookmin/VminWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu