Capítulo 25: Tres

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Taehyung


Las malditas vacaciones eran un dolor de huevos.

En casa no había nada que hacer, además de permanecer encerrado en mi cuarto para no ser visto por mamá o papá, porque la cuestión era que transitaba por un período de desintoxicación que me estaba matando, bajo supervisión médica, por supuesto.

Dejé de frecuentar el bar donde Tim atendía. Hasta lo bloqueé de mis contactos y lo eliminé para no tener la tentación de encargarle algo. La última vez que estuve con él, fue cuando Jeon me buscó para hablar. Me estaba alejando de las drogas de mierda de una vez por todas, costara lo que costara.

La abstinencia me consumía por completo, haciendo de cada día un tormento personal. Era una hija de puta, pero no me iba a doblegar. Estaba decidido a salir adelante por mí mismo, no sólo porque en su momento se lo prometí a Jimin, sino porque no quería terminar de destruir mi cuerpo. No todavía.

Hablando del rey de Roma, el enano se borró de mi vida durante las últimas dos semanas, como si nunca hubiera existido, como si su paso por mi vida no hubiese sido un torbellino de emociones intensas, drama por doquier e intercambios sexuales.

Era consciente de que yo mismo fui quien lo alejó, pero necesitaba marcarle dónde estaba mi límite.

La experiencia del beso con Jeon fue agradable, no voy a mentir. Recuerdo que tuvimos una larga charla ese mismo día y gracias a eso conocí al tipo un poco más. Sin embargo, él no era la persona que ponía a brillar mi mundo. Podía ser una calentura del momento, nada más que eso.

Jimin, por otro lado, me movía el piso. Era verlo e instantáneamente se desataba en mí un torbellino con las emociones más intensas que sentí en mi perra vida. Una sonrisa suya me desarmaba y automáticamente me ponía de buen humor. No podía renunciar a él.

Por más que dije que no iba a compartirlo, después de casi quince días de quemarme la cabeza pensando si me extrañaba tanto como yo a él y de estar agotado todo el tiempo por la medicación contra la abstinencia, empecé a darle vueltas a la idea de que quizás no sería tan malo una relación entre los tres.

Sé que eso involucraba muchas cosas, entre ellas tener que adecuarnos a compartir, a no montar escenas, a estar dispuestos los tres a tener intimidad y que nos vieran en el instituto como los raros que compartían novio.

Me resultó un tanto abrumador, pues siempre habíamos sido sólo Jimin y yo. Tener que poner a alguien más al tanto de mi historia personal me hacía ruido. Me costó mucho confiar en el enano, por lo que tener que abrirme con alguien más...

Como sea, un mensaje del enano llegó dos días antes del fin del receso. Pedía verme, encontrarnos en un sitio para hablar.

No puedo explicar la felicidad que sentí entonces. Como si me hubieran dado un electrochoque para devolverme a la vida. Las cosas adquirieron color a mi alrededor de golpe, como si hubieran sido todo el tiempo de un apagado gris y yo recién empezara a disfrutar de lo que me rodea.

Accedí a encontrarnos, entre nervioso, asustado y ansioso por verle. Mi mente no dejaba de ser negativa al respecto y repasar una y mil veces los motivos por los que esto podría salir terriblemente mal. Estaba acostumbrado a esperar lo peor todo el tiempo. Nada en mi vida salía como yo quería o esperaba así que, ¿por qué mi reunión con Jimin sería diferente?

El principal motivo que me preocupaba era Jeon. El estirado tenía una relación de peso con Minnie, llevaban años de conocerse. ¿Por qué alguien querría tirar por la borda el tiempo invertido en una persona por la que claramente todavía sentía algo y que, además, era el tipo perfecto?

Before the baby ║ Kookmin/VminWhere stories live. Discover now