❀ Capítulo 2 ❀

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2||Genial, un baño menos.||

Do it like a Dude - Jessie J

Tanner:

Solía pensar qué si pasabas mucho tiempo con alguien estúpido, tarde o temprano se te pegaba.

Y creía que justamente eso me había sucedido.

Vivir con Vicco desde que nací comenzó a cobrarme factura y ya empezaba a contagiarme de estupiditis aguda crónica, porque no era normal que yo estuviese frente al mismísimo satanás en persona por voluntad propia.

Te doy diez dólares para que nos ahorres el mal sabor de boca.

Diez dólares era muy poco...

Creí que no necesitaríamos el chantaje para que decidieras mantener el sentido de la vergüenza intacto.

Esta era la última vez que escuchaba la opinión de Matt, el amor lo volvió estúpido y por eso me había dado el peor consejo en la historia de los malos consejos.

Esto hablaba más de mí que de él.

Una cosa era que Matt diera consejos con el cerebro apagado y otra muy distinta que yo le hiciese caso. La culpa era mía por supuesto.

No sabía qué hacía pensando en Matt de todas formas, ya me había alejado de lo que realmente importaba.

La reina del inframundo se encontraba allí, sentada, observándome como si mi sola presencia le arruinara la vida. Y quizá si lo hacía, gracias al cielo el sentimiento era indudablemente mutuo. Llevaba el pañuelo que la caracterizaba en la cabeza y su larga cabellera castaña le caía sobre la espalda como cascada.

Aunque nadie me lo hubiese confirmado todavía, sabía que cobraba vida por las noches y te enredaba hasta ahogarte y matarte, así como medusa.

—Necesito hablar contigo. —dije entonces pero ella no se movió, ni parpadeó, ni siquiera estaba seguro de que me estuviese mirando.

¿Siquiera me había escuchado?

Tampoco es que pudiera ponerme de mal humor —que eso lo podía hacer sin motivos—, pero necesitaba su ayuda y quisiera o no, comportarme como un imbécil solo lograría que me escupiera en la cara o repartiera su habitual poesía de insultos que provocaban que dios se tapara los oídos.

Debía comportarme.

—Yo no tengo nada que hablar contigo. —respondió mientras Brenna me miraba como si tratara de leerme el alma, sentí como la piel se me erizó por los ojos penetrantes de la platinada.

—Pero yo sí.

—¿Y qué quieres que haga con esa información Dixon? ¿Te felicito?

—Podrías simplemente escuchar.

Nah, estoy muy bien así.

Imploré paciencia al cielo entre dientes y me pregunté cuál había sido el mal que yo hice para merecer esa clase de castigo. Después recordé exactamente cuál fue ese mal, y dejé de hablar con Dios.

Miré a Danielle con precaución, tenía que servir de algo que fuese novio de mi mejor amigo ¿Cierto?

—Faith, no pierdes nada. —susurró él lo suficientemente alto para que yo lograra escuchar.

Definitivamente hablaría de esto con Matt y le diría que necesitaba prometer a su novio, de novio a prometido urgentemente.

La cabeza me taladraba sin cesar, la garganta se me estaba secando y el sudor me bajaba como mar por la frente, estúpido calor.
Estúpida gente. Estúpido todo lo que estaba pasando hoy.

La guía de consejos de Faith. Where stories live. Discover now