Laila Scamander Y Las Reliquias De La Muerte

18: La calma antes de la Tormenta

Cuando empezaron sus gritos, nos retiramos por completo de la mesa y fuimos corriendo subiendo las escaleras, los gritos provenían de la derecha; se había encerrado en el baño, pude sentir el dolor, pude sentir la ira y una lejana voz hablando en lo que creía era alemán. Golpeé la puerta con el puño después de tratar de abrirla y darme cuenta que le había echado la llave.

— ¡Harry! ¡HARRY! ¡Abre la puerta o la abriré yo!— amenacé con fuerza golpeando ahora la puerta con ambas manos e irritablemente insistente, aporreando sin detenerme hasta que la abrió. Entré casi perdiendo el equilibrio por como había estado apoyándome en la puerta golpeándola, con Ron y Hermione preocupados detrás de mi.

— ¿Qué estabas haciendo? —preguntó Hermione severamente mientras todos entrabamos, yo me senté en la orilla de la elegante bañera negra, no tenía ningún daño físico, aunque de seguro la cicatriz le ardía y mentalmente no estaba bien. Pero en estos días ninguno de nosotros lo estábamos.

— ¿Tú qué crees que estaba haciendo? -preguntó Harry con una débil bravata.

— Estabas gritando, cariño— suspiré—. Y no de la buena manera.

— ¿A que te refieres con...ah— Ron rodó los ojos y luego vio a Harry—. ¡Estabas gritando a todo pulmón!

— Oh, sí... debí haberme quedado dormido o...

— Harry, por favor, no insultes nuestra inteligencia— dijo Hermione, tomando aire profundamente—. Sabemos que la cicatriz te dolía abajo, y estás blanco como una sábana.

Harry se sentó en el borde de la bañera a mi lado.

— Bueno, acabo de ver a Voldemort asesinar a una mujer. En estos momentos probablemente ya haya matado a toda su familia. Y no tenía necesidad. Fue como lo de Cedric otra vez, estaban sólo...

— Lo siento tanto— le puse una mano en el brazo, recordé el sentimiento de ver el cada ver de Cedric, como me había paralizado y el enorme trauma que había cargado Harry al presenciar su muerte—. ¿Y de que se trata-

— Harry, se supone que no ibas a dejar que esto volviera a ocurrir! —gritó Hermione, su voz resonó a través del baño—. ¡Dumbledore quería que usaras Oclumancia! Pensaba que la conexión era peligrosa... ¡Voldemort puede usarla, Harry! ¿Qué tiene de bueno observarlo matar y torturar, cómo puede ayudar?

— Porque así sé qué está haciendo —dijo Harry.

— ¿Así que no vas ni siquiera a intentar cerrarla?

— Hermione, no puedo. Tú sabes que soy malísimo en Oclumancia, nunca le he tomado el truco.

— ¡Nunca lo has intentado realmente! —dijo Hermione amargamente—. No consigo entender que te guste tener esta conexión especial o relación o... lo que sea...

Hermione vaciló ante la mirada que le echó él mientras se levantaba.

— ¿Gustarme? —dijo en voz baja—. ¿A ti te gustaría?