Capítulo 12

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 Parada en el medio de la habitación y mirando el exterior, observaba ausentemente el cielo azul adornado con pocas nubes que se mostraba a esa hora de la mañana, cerró los ojos al sentir como una brisa fresca soplaba suavemente moviendo sus cabellos y respiró llenando sus pulmones de ese aire. Un conocido olor llegó también entre la brisa y ella sonrió todavía con los ojos cerrados. Tres segundos después unos brazos rodearon su cintura y la acercaron hacia el otro cuerpo abrazándola.

 -¿Haces algo interesante?-Le susurró al oído una voz masculina.

 -Abrí la ventana, quería tomar un poco de aire-Dijo ella apoyando su espalda contra el pecho de él.

 Mason acarició con su nariz el cuello de la chica.

 -Deberías llamar a tu madre, debe de estar preocupada-Dijo Mason bajando sus manos a la cintura de la rubia.

 La rubia chasqueó la lengua, sabía que él tenía razón pero todavía se sentía molesta con su madre, la mujer le había dicho que no debía salir con Mason y el rostro serio de la señora Andries le decía que lo que estaba exigiendo era completamente en serio.

 Ella le contestó que no iba a dejarlo porque lo quería y su madre le volvió a alzar la voz diciendo que era un delincuente y que no le gustaba que ella se juntara con Mason, cansada de escuchar las incoherencias de su madre, salió de casa con una rabia inmensa al ver que ella no la escuchaba y si lo hacía por un oído le entraba y por el otro le salía, sus pies la llevaron automáticamente a casa de Mason, quien la hizo pasar al instante de abrirle la puerta y ver su expresión de tristeza.

 Mason había dormido en el sofá esa noche y le había dejado su habitación para que ella durmiera y ahí estaban ahora al día siguiente.

 -¿Adele?

 La rubia se dio la vuelta entre sus brazos y lo miró a los ojos.

 -Deberías hablar con ella, sé que quiere asesinarte por estar conmigo pero es tu madre-Dijo Mason con su profunda voz.

 -Lo intenté...-Susurró ella bajando la mirada-Pero no me escucha...dice que tú...-Calló al sentir como el agarre de Mason se aflojaba y él endurecía la mandíbula-Ey, me da igual lo que digan. Sé que lo dice porque tiene una imagen equivocada de ti...y que cuando te conozca cambiará de opinión-Sonrió ella divertida.

 Mason sonrió y se acercó hasta besarla suavemente.


 Karina observó por cuarta vez a su hijo en lo que iba de la mañana y frunció el ceño. Cuando se había levantado para desayunar y ya estaba sentada en la mesa con su recipiente lleno de leche y cereales y se detuvo a observar como Joshua movía su taza, mientras miraba un punto fijo y una sonrisa se le formaba en el rostro, hasta que se daba cuenta de que su madre lo observaba detenidamente y se recomponía mirando con toda la atención la taza mientras la seguía moviendo.

 Luego, también lo había vuelto a descubrir mirando hacia un punto lejano y con esa sonrisa en el rostro y sabía que aunque le preguntara que sucedía él iba a responder que nada le ocurría, así que la mujer se dedicaba a observarlo con curiosidad.

 -Joshua-Llamó a su hijo pero él no contestó-Hijo.

 -¿Qué?-Preguntó Joshua llevando inconscientemente su mano al bolsillo trasero de su pantalón.

 -Te decía si tenías ropa para lavar.

 -Oh, no-Vio de reojo como su madre entró en otro cuarto y suspiró tranquilo. No había podido evitar sonreír como un tonto al recordar una y otra vez lo que había pasado anoche. Sonrió otra vez.

Los Recuerdos de AdeleWhere stories live. Discover now