Capítulo 15

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 Mierda.

 ¿Por qué no paraban?

 Adele se encogió en su cama al escuchar otro.

 "Ese ha sonado cerca", pensó.

 Al ver que no iba a poder dormir, apartó la sábana que la cubría y puso ambos pies en el suelo. Frunció el ceño al ver que la cama de al lado estaba vacía ¿Dónde se había metido Bridget? Suspiró.

 Tembló cuando volvió a escuchar otro trueno, miró por la ventana donde la lluvia caía pacíficamente y como de vez en cuando el cielo se iluminaba, previniendo que otro trueno había caído y no tardaría mucho en ser escuchado.

 ¿Cómo un 1 de febrero se ponía a llover con truenos y todo?

 Todo el grupo se había reunido, Mason y su hermano menor habían propuesto ir a una casa que su madre tenía a las afueras de Whyalla, una casa de dos pisos con un jardín y pileta e iban a pasar el día en la casa, aprovechando de estar todos juntos. Aunque los que más habían estado alejados del grupo habían sido Gabriel y Benny. A Benny ella lo veía más que los demás, no por algo iban a la misma clase. En el recreo se juntaban pero casi todas las tardes Benny se quedaba en su casa, intentando programar más cosas en su computadora.

 Ese día por la mañana había hecho un buen día, un día de febrero.

 La rubia agradeció que la casa tuviera calefacción. Se calzó sus zapatillas bordó y salió de la habitación. Odiaba los truenos, pensó en ir a buscar a Bridget aunque tenía una ligera idea de donde se encontraba ella ahora mismo, Joshua estaba en otra habitación con la hermana mayor de Bridget. Nadie se había extrañado, no era la primera ni última vez que esos dos dormían juntos, eran amigos desde los cinco años y como las habitaciones eran dobles habían optado porque el rubio y la chica durmieran juntos.

 Bajó las escaleras y se dirigió al gran comedor que quedaba a la derecha. Con cuidado, encendió una lámpara para iluminar un poco el sitio y se sentó en el mullido sofá, subió sus piernas y abrazó sus rodillas.

 -¿Qué haces aquí?-Preguntó una voz masculina que se escuchaba dramática.

 Adele pegó un salto del sofá y dirigió la vista hacia la entrada, donde se encontraba el chico. Vestía un pantalón azul que le llegaba por las rodillas, tenía el pelo despeinado con los ojos entrecerrados y llevaba un vaso de agua en su mano derecha.

 -¿Adele?

 La chica sacudió la cabeza eliminando los pensamientos.

 -La tormenta no me deja dormir...-Dijo Adele acariciando su cabello.

 -¿Tienes miedo?-Mason había bajado porque tenía sed, cuando iba a salir de la cocina vio como la chica se acurrucaba en el sofá.

 Adele se sonrojó y desvió la vista, cuando el chico la miraba directamente a los ojos no podía aguantarle la mirada por más de tres segundos, el morocho suspiró y caminó hacia el sofá y dejó el vaso en la mesa que había al lado, se sentó mirando a Adele.

 La rubia vio extrañada como el muchacho se sentaba también en el sofá ¿Le iba a hacer compañía? Aunque se moría de ganas por pedírselo, le daba vergüenza decirle que tenía miedo y si le decía que le tenía miedo a los truenos Mason la miraría como si fuera una niña pequeña, una chica infantil que le tiene miedo a un simple sonido y si no fuera porque Mason no era de mostrar sus sentimientos, se reiría de ella.

 -¿Te vas a quedar?-Preguntó Adele mirando la expresión seria del morocho.

 Mason se mordió el labio inferior.

Los Recuerdos de AdeleWhere stories live. Discover now