Capítulo 19

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 Holaaaaa, buenos días, espero que tengan un gran comienzo de semana lleno de buenas energías, acá les traigo otro capítulo nuevo de esta historia que me entretiene desde que la estoy publicando me encanta leer sus opiniones, no tengan miedo de votar y comentar, presten atención al siguiente lunes que tengo una pequeña presentación de los personajes con datos curiosos y demás, me di cuenta que no había realizado la presentación al principio porque no me había parecido necesaria pero me encanta tanto esta historia y quiero hacerlo ahora así que nos leemos el lunes, no se olviden de que tengo Instagram donde subo contenido diario: @davidnightmare97

***

 "Mañana por la tarde, en la cafetería de la calle Nicolson. A las siete.

 Firmado: Adler Andries"

 Por un momento la vista se le nubló, sus oídos empezaron a zumbarle y su garganta se cerró, impidiéndole por un momento respirar, cuando se acordó de respirar infló sus pulmones y su mirada se dirigió de nuevo al papel, su padre no tenía que darse cuenta de nada entonces caminó hacia su habitación y cerró la puerta.

 Volvió a leer la carta y su corazón empezó a latirle con fuerza ¿Adele le habría contado de su encuentro con él?

 Adele.

 Mason agarró el celular rápidamente y marcó su número, tenía el corazón en su mano pensando que el señor Andries le hubiera dicho o hecho algo a su hija si se hubiera llegado a enterar que la rubia y él se veían.

 Contesta, contesta.

 -¿Mason?

 El morocho cerró los ojos y suspiró, intentando sonar calmado.

 -Hola-Dijo Mason con una voz seductora.

 -Hola-Contestó Adele nerviosa mientras acariciaba su cabello-¿Pasó algo?

 -No.

 -Bueno, te contaré algo, me pasé casi toda la tarde haciendo ejercicios de física. Menos mal que Lachlan me ayudó demasiado.

 Click.

 ¿Lachlan?

 -¿Lachlan?

 -Sí, el chico de pelo largo. Te lo presenté ese mismo día que te conocí-Dijo Adele mirándose al espejo mientras apretaba los labios, confundida y cargada con nervios de decir algo de más.

 Oh, ese chico.

 -Ah sí, Lachlan-Ahora lo importante era que parecía ser que el señor Andries no le había dicho nada a Adele.

 -Si no hubiera sido por él me hubiera muerto. Odio física-Dijo todavía mirando su reflejo mientras se ajustaba la campera blanca.

 Mason sonrió, apostaba lo que fuera a que en ese mismo instante había hecho un puchero y volvió a suspirar, relajándose.

 -Oye Mason, me tengo que ir ya. Mi madre lleva ya un buen rato llamándome para ir a la mesa.

 -Bueno. Hasta mañana-Dijo Mason poniendo una mano en su cintura también mirándose al espejo.

 -Hasta mañana.

 En cuanto la comunicación terminó, Mason lanzó el celular a un lado de su cama y se dejó caer sobre el colchón. Cerró sus ojos y respiró hondo intentando tranquilizarse, por lo menos se había quitado la gran preocupación que había sentido al pensar que el padre de Adele había intervenido. Eso era algo entre él y el señor Andries y pensándolo mejor, tanto a él como a su mujer les convenía que su hija no supiera de la existencia de sus amigos.

Los Recuerdos de AdeleWhere stories live. Discover now