Capítulo 14

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 Aquí les dejo lo que les debía, espero que lo disfruten y ya sé que ayer fue lunes pero lo mismo les deseo un gran comienzo de semana, los quiero :) 

***

 Benny metió su mano derecha en el bolsillo del pantalón hasta sacar un papel doblado varias veces. Lo desdobló y se lo enseñó a todos.

 -No entiendo-Dijo Joshua acercándose más a él.

 -Es un e-mail de Nueva Zelanda, de Michael.

 Nada más terminar esa frase un silencio se extendió por todo el salón de la casa. Lo único que se movía era el pecho de Benny recuperando el aire perdido, mientras todos los demás estaban petrificados por la noticia.

 En el momento que Benny había entrado por la puerta, al morocho le había invadido un sentimiento de angustia inexplicable. Benny casi nunca llegaba tarde a las reuniones que tenían y a las importantes siempre era de los primeros al llegar, por eso al morocho le pareció extraño que tratándose de un tema tan importante como era el de Adele su amigo no llegaba a tiempo y en cuanto lo vio entrar corriendo y bastante pálido, ese sentimiento se le hizo más fuerte. Ahora mismo tenía un nudo en la garganta, como si una mano invisible lo tuviera agarrado del cuello impidiéndole decir algo.

 -¿De Michael?

 -Lo recibí esta mañana pero al intentar imprimirlo descubrí que me había quedado sin tinta y como hoy todo estaba cerrado tuve que ir a casa de mi tío y que me dejara usar la impresora. Tenía que traerlo porque aquí resuelve todas nuestras dudas sobre lo que se nos escapaba sobre lo que le ocurría a Adele.

 Carraspeó un poco y miró a los demás.

 -¿Qué estás esperando? Me muero por saber-Dijo Mason impaciente.

 Respiró y empezó a leer:

 "Hola Benny,

 Esta vez no te escribo para preguntarte alguna duda sobre informática, esto es mucho más importante. Sé que Adele está ahí, que "ha vuelto" a Whyalla pero antes que nada empezaré por el principio.

 Sabes que yo conocí a Adele hace tres años, cuando ella viajó con sus padres en vacaciones de verano a Nueva Zelanda y ahí nació una amistad y después también los conocí a ustedes cuando la visité a ella. Bueno, después de todo aquello mantuvimos el contacto por Internet, hablando algunos días. Hasta que un día, te puedes imaginar la sorpresa que me llevé cuando me encontré a Adele por mi calle cuando venía de camino de la escuela. No me reconoció.

 Al principio pensé que era una broma pero al ver la cara de confusión que ella tenía supe que no era ninguna broma ¿Cómo era que Adele no se acordaba de mí? ¿Por qué? Se ve que el destino quiso responderme rápidamente esas preguntas porque al día siguiente entró una nueva alumna en mi escuela, no hace falta decir quién era. Quise preguntarle por ustedes pero ella me dijo que en ningún momento había vivido en Australia y que lo había hecho solo hasta los cinco años. Ahora sí que estaba convencido de que algo pasaba, así que quise ir poco a poco y fui haciéndome amigo de ella.

 Al cabo de unas semanas, mi tío vino a casa a comer. Él es psicólogo y mientras comíamos, presté atención a un comentario que hizo mi tío sobre una mujer australiana que había venido a su consulta pidiéndole una excentricidad. No le di más importancia, me pareció raro.

 Pero al día siguiente, cuando tuve que ir a la consulta de mi tío y fui a tocar la puerta esta se abrió de golpe mientras una mujer salía de la oficina.

 Mi tío me contó que la señora Andries le había ofrecido un gran número de dinero para que él tratara a Adele. Él había investigado el historial de Adele y había sabido que la chica había sufrido de amnesia y lo que su madre quería era que, mediante la hipnosis que mi tío ejercía como una de las opciones de la psicología, borrara los recuerdos de Adele.

Los Recuerdos de AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora