Capítulo 8

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Varios días más tarde...

Bakugo salió por la puerta principal del hospital y respiró profundamente. El calor del sol golpeó su piel.

-Echaba de menos el calor del verano.-dijo Bakugo a Kirisima.-¿Sigues conduciendo el mismo coche?

-No.-dijo mientras iban hasta un sedán de color verde oscuro.-Ahora conduzco esto.

-Al menos es mejor que la tartana de tu padre.

-Oye, que era mejor que el escarabajo de Denki.-dijo Kirisima.

-Eso no te lo discuto.

Bakugo entró en el coche y Kirisima lo llevó hasta su apartamento. Aparcó en el garaje y subieron en el ascensor hasta el piso donde vivía. Al abrir la llave del apartamento, vio que todas las persianas estaban bajadas. Encendió la luz y un coro de personas gritando "sorpresa" apareció por toda la habitación.

-Bienvenido de entre los muertos Bakugo.-le dijo Sero mientras lo llevaba hasta el interior.

Del techo colgaba una pancarta en la que se leía "Bienvenido a casa, muerto viviente". Había al menos veinte personas en el centro de la sala. Todos eran viejos compañeros de clase y amigos. Estaban también Denki y Mina entre ellos.

-Así que por eso no vivisteis.-dijo Bakugo a ellos.

-Lo siento.-dijo Mina mientras le daba un refresco.-Queríamos preparar algo especial.

-Me alegro de volver a verte Bakugo.-le dijo Ojiro. Hagakure estaba a su lado.-Pensé que no ibas a despertar nunca.

-Creí que os habíais mudado al norte.-les dijo Bakugo saludándolos.

-Vinimos para celebrar tu regreso.-dijo Hagakure.

-Hola Bakugo.-le saludó Momo. Estaba muy cambiada.

-Momo.-le dijo él mientras le daba un abrazo.-¿Qué tal te va con Jiro?

-Nos va bien.-dijo ella. Llevaban viviendo juntas bastante tiempo.-Acabamos de abrir una tienda de instrumentos en Hiroshima.

-Me alegro por vosotras.-dijo Bakugo.

Vio que Kirisima ya se había ido con Mina. Uno a uno, todos los que habían ido a la fiesta le dieron la bienvenida de nuevo. Había muchos compañeros; como Koda, Sato, Tsuyu (que le dijo que no se hablaba ya con Uraraka) entre otros. Bakugo los acompañó en la fiesta durante lo que duró. Hacia las tres, solo quedaban Mina, Kirisima y Denki.

-Me alegro de haberlos visto a todos.-dijo Bakugo mientras se sentaba con ellos en el sofá.-Y me alegro de que no vinieran ni Uraraka ni Iida. No tengo ganas de ver a ninguno de los dos.

-Eché en falta a Izuku.-dijo Kirisima de pronto.

-¿A Izuku?-dijo Bakugo.-¿Por qué iba a venir si llevo años sin hablar con él?

Kirisima se quedó mudo. No sabía que responder. Bakugo notaba que le estaban ocultando algo los tres.

-Soltadlo ya.-dijo Bakugo.-Me estáis ocultando algo.

-Esto... Bakugo.-empezó a decir Denki.

-Vimos a Izuku cuando sufriste el accidente.-dijo Mina por los tres.-Te ha estado visitando al hospital.

-¿Lo dices en serio?-dijo Bakugo sorprendido.-Pensé que no querría saber nada de nosotros después de todo lo que le hicimos.

-Tu eras amigo suyo desde que teníais memoria.-dijo Kirisima.-Es normal que se preocupara por ti.

-De todas formas me alegro de ello.-dijo Bakugo.-Contaba buscarlo para pedirle disculpas por todo. Es hora de arreglar nuestros problemas y recuperar los años perdidos.

-¿Tiene algo que ver el accidente?-dijo Denki.

-No.-dijo Bakugo.-Pero antes de mudarme aquí, encontré algunas fotografías viejas de nosotros dos cuando éramos críos. Eran buenos tiempos.-hizo una pausa.-Hemos madurado todos y ahora veo que no importa si tu amigo es o no homosexual. Lo que tienes que hacer es apoyarlo.

-Bien dicho Bakugo.-le dijo Mina.-Te ayudaré con ello. Pero primero toma.-le dijo dándole un papel con una dirección.-Es la casa del pintor que te va a dar clases.

-Gracias Mina.-le dijo él mientras agarraba el papel con al dirección.-No sabes lo mucho que os agradezco lo que hicisteis mientras estaba en coma.

-Para eso estamos los amigos. ¿No es así Denki?-le dijo Kirisima.

-Pues si.-dijo él.-Estamos para ayudarnos los unos a los otros.

-¿Os quedáis a comer?-dijo Bakugo mientras se levantaba a abrir la nevera. Estaba vacía.-Corrijo. ¿Venís a comer? Invito yo.

-Yo me apunto.-dijo Denki.-No quiero comer lo que hace este.-dijo señalando a Kirisima.-Cocina fatal.

-He aprendido algunas recetas, así que no te quejes.-dijo Kirisima.

-Vamos al nuevo restaurante que han abierto cerca de aquí.-dijo Mina.-Tienen mucha gente.

Bakugo agarró su chaqueta de entretiempo naranja y bajó con ellos hasta el restaurante.

Izuku estaba en la puerta, observando a Shoto meter sus cosas y las de Touya en el coche. Kemy estaba junto a él.

-¿Tu vas a ir con ellos?-le preguntó Izuku.

-No.-le dijo ella.-Tengo que estar en el trabajo. Pero vendré a ver como te encuentras de vez en cuando. ¿Shoto ha cambiado de parecer?

-No.-le dijo Izuku.-Además, quemó todas las fotos nuestras.-Kemy lo miró con cara de sorprendida.-Fuyumi lo siguió y vio como lo hacía. Solo dejó esto y me lo dio.-dijo mientras sacaba el relicario de plata.-Quitó la foto y me dijo que pusiera las que quisiera.

Kemy observó a Shoto guardar la última maleta y cerrar el maletero. Touya fue hacia Kemy y le dio un beso. Luego le dio un abrazo a Izuku.

-Intentaré convencerlo de volver.-le dijo en un susurro.

Luego Touya y Shoto entraron en el coche y salieron del lugar. Izuku volvió adentro y salió al jardín. Allí siempre estaba más tranquilo desde que Shoto le dijo eso. Kemy se quedó en el interior mientras preparaba sus cosas para irse a trabajar. Izuku observó el hermoso jardín y la fuente. Entró a casa y sacó el caballete, un lienzo, pinceles y las pinturas. Lo colocó cerca de la fuente y empezó a trazas suaves pinceladas sobre el lienzo. Llevaba ya una hora más o menos cuando escuchó a Kemy.

-Me voy ya Izuku.-le dijo Kemy desde la puerta.-¿Estás pintando?

-Si.-le dijo él.-Siempre me ha ayudado a relajarme en momentos así. Cuando sufrí bullying siempre que llegaba a casa sacaba mis pinceles, me asomaba a la ventana y pintaba cualquier cosa que veía. Un árbol de cerezo en flor, un abuelo jugando con su nieto, un barco en el puerto turístico.

Kemy observó como empezaba a tomar forma el cuadro. Se podía distinguir que estaba dibujando la fuente.

-Pues creo que esté será de los más hermosos que hayas hecho.-dijo ella mientras le daba un beso en la mejilla y se marchaba.-Hasta mañana Izuku.

-Hasta mañana Kemy.

Izuku continuó trazando pinceladas por el lienzo, cambiando de color cada poco tiempo. Cuando terminó, observó que su reloj marcaba las nueve de la noche. El cielo estaba empezando a oscurecerse. Observó el lienzo con detenimiento. En él había plasmado la fuente, la valla de madera de roble y la hierba casi al detalle. El agua descendía por la fuente con una cascada. Uno de los peces saltaba del agua, salpicándolo todo. Y en el borde de la fuente estaba él, observando impasible saltar a los peces y con una leve lluvia cayendo sobre él. Con el pelo mojado y alborotado y los ojos al borde del llanto. El cuadro le transmitía tristeza, pero también melancolía y esperanzas. Agarró el cuadro y lo colgó en el sitio donde estaba el retrato de él y Shoto, que lo había guardado en el desván. El cuadro quedaba perfecto. Recogió todo el material y se fue a preparar la cena. Al ir a la cocina, vio que estaba hecha. Había una nota. "Espero que no te moleste que te hiciera la cena Izuku, pero estabas tan concentrado en tu cuadro que pensé que cuando terminaras sería muy tarde. No te desanimes, Touya y yo no te dejaremos de lado."

-Gracias Kemy.-dijo en voz alta mientras se servía un poco de la comida que ella le había preparado.-Espero estar mejor mañana para dar la clase excepcional.

Pinceladas de amorWhere stories live. Discover now