Extra 1/2

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Corazón Quebrado

Aviso. Este capítulo contiene flashbacks.

Denki se encontraba sentado en la cama, con las piernas abrazadas contra su pecho y el rostro escondido en ellas mientras lloraba. No lograba dormir desde aquel día a pesar de que ya habían pasado meses. Ahora vivía en su apartamento, solo y sin compañía de nadie. Hacía varios días que había sacado de casa a Shinso, más que nada porque no quería que él también sufriera por su culpa. Y ahora que Izuku y Bakugo se habían comprometido él solo iba a ser una carga.

-¿Por qué no puedo dormir de una vez?-se lamenta mientras intenta relajarse.

Sabía cuál era el motivo perfectamente. Necesitaba terapia, ¿pero por qué debería ir? Solo le dirían unas cuantas chorradas sobre que la vida sigue adelante tras una experiencia traumática, pero no era así. Te deja traumas, pesadillas a diario. Ahora apenas podía salir a la calle porque cuando se cruza con alguien... o cuando alguien le roza, piensa que podrían volver a secuestrarle y golpearle. Sabía que las posibilidades de que algo así se repita eran remotamente imposibles, pero que se le iba a hacer. Solo le quedaba seguir con todo eso, con esos miedos que cada vez iban a peor, hundiéndole en depresión más y más. Escucha la puerta ser golpeada ligeramente y se niega a levantarse hasta que escucha una voz conocida.

-Denki... Se que estás ahí dentro. Tu chatarra está aparcada delante.-escucha decir a Kirisima.

Suspira pesadamente y se levanta. Se limpia las lágrimas de sus ojos y abre la puerta. Ve a Kiri con el pelo como siempre, acompañado por Izuku. Se separa de la puerta para dejarles entrar y se sienta en el sofá.

-No deberíais haber venido. Estoy bien.-Les dice mientras pone una sonrisa forzada en el rostro.

Kirisima se sienta a su lado y le abraza sin decir nada. No podía engañarlos y lo sabía. Rompe a llorar mientras se apoya contra su amigo. Izuku le abraza por la espalda, envolviendo a Denki en un cálido abrazo.

-Denki. Sabemos que no estás bien.-empieza a decir Kirisima.-Hemos venido a ayudarte. Necesitas salir de aquí un rato. Y no te vamos a dejar salir con estas pintas que tienes.

Se separan y le observan directamente. Tenía el pijama puesto y el pelo alborotado. Deku le observa con una mano en el mentón.

-Quizá si te ponemos un traje algo elegante y te duchas...-Empieza Izuku.

-¿Cuánto hace que no te duchas? Apestas amigo.-Suelta Kirisima mientras se cubre la nariz.

-Exagerado.-Izuku le da una colleja a Kirisima.

-¡Rubio de bote! ¡Baja o subo a por ti!-Se escucha gritar a Bakugo desde afuera.

Denki suspira y observa a Izuku asomarse a la ventana y regañar a Bakugo por sus gritos. Izuku regresa y agarra de la parte superior del pijama a Denki para arrastrarlo.

-Izuku, para.-Dice Denki.

-Si no te duchas tú, Bakugo te sacará a rastras tal y como estás. Venga. Dúchate.

Izuku cierra la puerta del baño y se queda solo. Se decide y se quita el pijama. Entra en la ducha, sintiendo el agua caliente en sus cicatrices. La piel se le eriza solo de recordar ese momento tan aterrador de su vida. Tras ducharse, agarra una toalla y se seca el cuerpo. Sale con un albornoz del baño y observa a Kirisima e Izuku dejando ropa limpia en su cama.

-Vístete.-Le dice Kiri.-Cuando estés te vienes con nosotros.

-Pero-

-Sin quejas Denki.-Le interrumpe Izuku.

Cierran la puerta y de nuevo lo dejan solo. Se sienta en la cama, observando toda la ropa que hay sobre la cama. ¿A que venía todo eso? No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando en ese momento. ¿Por qué insistían tanto en sacarlo de esa casa? El simple echo de pensarlo de daba miedo.

Pinceladas de amorWhere stories live. Discover now