∞Capitulo 04∞

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La mañana inicia tan tranquila, con tanta calma, que no quería salir de esta cama ni aún haciendo el calor tan pegajoso y molesto que hace. Anoche me acosté en esta cama como Jooheon y Changkyun en las suyas respectivamente, siendo decisión de cada uno hacerlo, no sin una sesión cálida y agradable, cómoda para los tres, donde los besos eran los que gobernaban sobre el silencio intenso entre chasquidos y delicados gemidos que se atrevían a salir libres.

Moviéndome sobre la cama, sintiendo el frescor de la sábana rozando mi piel, aliviándome muy poco del calor tan intenso que hace y penetra en cada rincón de esta habitación, decido estirarme, sintiendo cierto alivio en mi cuerpo casi desnudo, siendo que solo llevo una camiseta puesta, la cual me llega a los muslos siendo de Changkyun habiéndola cogido mientras se duchaba.

Saliendo de la cama en este momento, sentándome tan solo unos segundos, me pongo en pie ahora, recorriendo el espacio hasta el cuarto de baño donde me quito la camiseta que es lo único que mi cuerpo cubría, metiéndome en la ducha donde no pretendo durar mucho pero me relajo bastante bajo el agua casi fría que eriza mi piel pero también la salva del calor tan molesto que ya sentía tan intenso.

— Minhyuk, ¿puedo pasar?

Asomándome lo justo para no mojar todo el suelo, viendo a Changkyun en la puerta que no me he molestado en cerrar, asiento sonriendo cuando la unión, breve pero dulce y perfecta, se hace real en este momento.

— No quería molestarte —niego despacio —¿estás bien? Vas a quedarte frio si sigues mucho rato ahí.

— No he terminado de ducharme Chang —aseguro —¿entras y me ayudas? No llego bien a mi espalda.

— Venia a decirte si querías desayunar fuera.. Jooheon se ha ido que le han llamado de su trabajo.

— Podemos ir después de ducharnos —subo un poco la temperatura del agua —¿entras o no?

Entrando por mi parte de nuevo bajo el agua que ahora sale un poco caliente, agradeciéndolo mi piel que deja de sentir el frio del agua que en todo momento ha caído sobre mi, miro por un momento a mi espalda, viendo como Changkyun finalmente ha entrado en la ducha, siendo que ya estamos los dos en este pequeño refugio del que nadie nos sacará.

Cogiendo el bote que aún no había tocado, acercándome a Chang, echo un poco de champú en sus manos, atreviéndome al mismo tiempo a inclinarme, besar sus dulces labios que despiertas más aún el calor en mi interior, manteniéndose así incluso cuando le doy la espalda, ocupándome de lavar mi cabello, sintiendo pronto sus manos en mi cuello, bajando hasta mis hombros, siendo tan paciente en sus acciones que me gusta su delicadeza, siendo como la primera vez aquel día que hicimos el amor por primera vez, siendo tan bueno y cuidadoso que eso es lo que aquel día hizo que terminara de gustarme en muchos sentidos.

Masajeando mi cabeza al tiempo que lavo cada mechón de pelo, cerrando los ojos, voy sintiendo con mas intensidad como sus manos siguen bajando por mi cuerpo, por mis brazos, mi espalda, deteniéndose en la parte baja de la misma, al límite de mis nalgas que en este momento puedo sentir como pasa sus manos con cuidado, mordiéndome el labio sin poder controlarme así como tampoco en gemir, mordiendo mi labio al tiempo que con agua elimino todo el jabón en mi cabeza antes de tomar su mano y dejarla en mi cintura, apegándole tanto a mi que puedo notar su erección.

— No sabría como explicarlo pero despiertas tanto en mi —susurra cerca de mi oído —no quiero hacerte daño Minhyuk.

Mirándole por un momento, viendo esa emoción tan viva en sus ojos, giro por completo, abrazándome a su cuello, atreviéndome a unir nuestros labios. Sus manos abrazan mi cintura, impulsándome con su ayuda para ahora abrazarme a su cintura, sintiendo al mismo tiempo la baldosa fría en mi espalda, nuestros cuerpos tan apegados como su miembro siendo apresado en mi interior, moviéndose, abriéndose paso una y otra vez, bombeando con tanta seguridad que poco me cuesta gemir, clavando mis dedos en su espalda, mis labios en su hombro, sosteniéndome con la misma fuerza que el orgasmo toma para invadir cada parte de mi ser, de mi sistema nervioso, apresándole contra mi cuerpo con mis pierna aferrándose a su trasero, respirando con tanta dificultad que no reacciono apenas hasta que nuestros labios vuelven a unirse en un cálido beso, sincero y lleno de un sentimiento que por primera vez en mis veintiocho años se adueña de mi corazón.

Love is a free feelingWo Geschichten leben. Entdecke jetzt