Capítulo 8

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Cuando abrí mis ojos me sobresalté, agarré mi telefono celular que estaba en la mesita de luz y suspiré aliviada, era Sábado, volteé y lo vi a Peter Lanzani dormir con una paz envidiable, me quedé observándolo, su nariz chiquita, su lunar, su pelo despeinado, su torso desnudo que lo hacía ver aún más sexy, era un lindo chico, muy lindo chico.
Apoyé mi cara sobre la almohada dándole la espalda, me agarró timidez verlo a la luz del sol que entraba por la ventana, me daba vergüenza verlo después de lo que habíamos hecho, porque hoy no tenía ninguna excusa para escaparme desde temprano.
Sentí una fila de besos por mi espalda desnuda, hasta que llegó a mi nuca, mi cuello, solté un gemido y suspiré, volteé para finalmente mirarlo a los ojos.
-Esto está mal..-fueron mis primeras palabras, él hizo algo que me dejó desconcertada, rozó su nariz chiquita con la mía, sentí su respiración cerca, muy cerca, entonces me besó, fue un besito fugaz, eso hizo que me dieran ganas de más, por eso la que cometió un error ahora fui yo, lo besé con ansiedad y torpeza, antes de unir su boca con la mía choqué mi cabeza con la de Peter, él se rió, su risa era muy.. Linda, todo él era muy lindo, pero nunca pensaba decírselo a nadie, me lo llevaría a la tumba, sobretodo porque mis amigas se la pasarían jodiéndome.
-¿Seguro? Tus impulsos dicen que me estás deseándome ahora mismo-elevó sus cejas.
-Una cosa no tiene que ver con la otra, por un lado esta el deseo.. Por el otro lado tenemos que ser dos personas profesionales
-Profesionales dentro del show, afuera.. ¿Pueden imponerte que no hagas algo fuera del canal? Solo hablaron de que es jodido separar eso después, pero confío en que en ese momento vamos a ser profesionales, a medida que la competencia avance.. Vamos a dejar lo que sea que estamos haciendo de lado
Me lo quedé mirando, tratando de pensar con claridad, por donde se lo mirara no era una buena idea.
Peter se puso a jugar con mi pelo como un nene con un juguete nuevo.
-¿Realmente queres eso?-dudé.
-Vale también lo que vos quieras, no solo lo que yo quiera..
Fue una buena respuesta.
-Yo no sé...
Él me besó con cuidado, me miró nuevamente a los ojos, y rápidamente me convertí en una persona débil.
-¿Querés?-me hizo una caricia en una de mis mejillas.
Me parecía sorprendente como él quería captar mi atención habiendo millones de personas más lindas en este mundo, no lo entendía.
-Vas a joderme hasta que te diga que sí, ¿no?-le sonreí y él asintió con la cabeza, me reí- mejor aceptar voluntariamente..
-Opa-se sorprendió- no sabía que ibas a aceptar tan rápido.. Creí que iba a tener que trabajar más en eso
-¿Me dijiste rápida?-lo fulminé con la mirada, él negó con la cabeza riéndose.
-Ahora que pienso, nos besamos por primera vez y acto seguido..-hizo una pausa mirándome con diversión, picardía, le golpeé un brazo y se rió- no.. Puedo darme cuenta de que no sos esa clase de persona.. Así que valoro mucho que estes dándome una especie de "oportunidad" para conocerte un poco más
Él estiró su mano y la tomó con la mía, ese simple gesto me gustó demasiado, estaba siendo suave conmigo, dulce, todo lo que creí que una persona como él podía ser.
Se quedó dejándome varios besitos por todos lados, sobretodo en mi cuello, yo lo abracé la mayor parte del tiempo, nos bañamos, iba a necesitar ropa nueva.
-¿Te animas a pedirles ropa y mi cepillo de dientes a una de mis amigas?-dudé mucho en hacer esa pregunta, yo estaba cubierta por una toalla asomada a la puerta del baño-después de esto van a joderme, pero necesito ropa limpia
-Dale, no te preocupes, ¿que piso?
-Tercero
Él se fue y me quedé sola en su departamento, cuando salí del baño me quedé viendo las fotos que tenía por todos lados, varias con su familia, una persona que supuse que era su hermano y una chica, los tres juntos, después otra una con una nena, ¿su sobrina?
Cuando Peter llegó me pasó una bolsa, me cambié sola en su habitación, la ropa de interior que me habían mandado era de encaje, sexy, más tarde las mataría.
-¿Te pusiste la cola less?-él elevó sus cejas conteniendo las ganas de reírse.
-Nunca más revises mi ropa-lo fulminé con la mirada.
-No me respondiste, ¿te la pusiste?
-Como si interesara saberlo, serías mucho más feliz si te dijera que no la tengo puesta-solté un suspiro.
-¿No la tenes puesta?-me preguntó eso exclusivamente para que me fastidié, le golpeé otra vez el brazo, él soltó una carcajada.
-Sos muy tarado-yo también terminé riéndome fuerte-¿te parece bien hacer algo?
-Si mis cálculos no me fallan es nuestra segunda cita, bueno, tercera, la otra fue cuando viniste..
Puse mi mano sobre su boca y le sonreí.
-Ya capté, queres que tengamos una cita-elevé mis cejas- vamos antes de que me arrepienta...
Él se quedó satisfecho al escuchar mi respuesta, lo noté en su cara.
Se vistió después de darse una ducha y salimos de su departamento para ir a una plaza cercana, le compró pan a una viejita para alimentar a las palomas.
-¡¿Posta Peter?! Son ratas de ciudad...
-¿No te dan penitas? Cuando era chiquito hacía esto con mi mamá-me pasó la bolsa.
-Suelen comer de todo todos los días.. Siento que mes va a dar igual que le demos migas de pan
Las palomas nos rodearon, tenía miedo de que se me subiera una a la cabeza, terminé soltando la bolsa y corriendo, escapando, Peter se rió de mi.
-Sos una cagona-caminó hasta donde estaba yo- te mereces un premio por haber sobrevivido al desafío de alimentar palomas
No perdió la oportunidad para molestarme.
-¿Me das tu otro brazo? Pienso golpeártelo..-lo desafíe con la mirada.
Todo mi "enojo" se fue cuando Peter paró frente a un carrito con algodón de azúcar, manzanas caramelizadas y pochoclos.
-¿Qué queres?-me miró.
-Me gustan los pochoclos, pero hoy quiero mucho azúcar...
-Para no dormir por la noche-me sonrió y riéndome lo molesté con que iba a golpearlo.
Terminó comprando ambas cosas, empezamos por los pochoclos cuando nos sentamos al suelo, después con el algodón de azúcar.
-¿Te animas? Comer vos de un lado, yo de otro-me miró desafiante, asentí con la cabeza y lo hicimos, después me puso un poco en la boca, acto seguido me besó y sentí que iba a volverme loca por el deseo que estaba generando lo que había acabado de pasar.
Peter Lanzani sonrió sobre mi boca.
-Vos.. Encontras mil maneras distintas para terminar sobre mis labios-impulsiva le hice una caricia en la cara.
-¿Y?-se encogió de hombros.
-Y eso me gusta..-solté un suspiro aceptándolo.
Nos recostamos abajo de un árbol, a la sombra, era lindo escuchar el sonido del viento, ver las hojas moverse, todo iba bien hasta que se puso a sonar el teléfono celular de Peter.
Él se volvió serio, alerta.
-Necesito volver, perdón Lali-me miró apenado.
-Todo bien Peter, andá
-Mi mamá..-no pudo terminar la frase, se puso de pie, sin saber exactamente lo que le estaba pasando sentí que tenía que abrazarlo, le di un beso en una de sus mejillas.
-Cualquier cosa me llamas, ¿ok?
-Ok-me respondió algo acelerado y dio media vuelta para irse, después dejó de caminar-¿podes llevarme a la clínica que está cerca de acá? Voy a tardar más si me tomo el colectivo, puedo ir en taxi pero..
-No me expliques nada-le hice señas para que me siguiera, juntos fuimos hasta la clínica-¿te espero afuera?-dudé.
-Tal vez tarde mucho, tal vez tarde poco.. No lo sé, mejor volvé
-Ey, es Sábado, puedo quedarme y esperarte-le di otro abrazo.

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