Capítulo 30

273 27 9
                                    

El día llegó, los medios televisivos se quedaron cubriendo el minuto a minuto del momento de la adopción, pero lo ignoré, hoy no me importaba nada de nada.
Margarita y Dolores nos abrazaron cuando finalmente nos dieron los papeles, ¡ya éramos sus papás!
Peter me miró con sus ojitos brillosos y me sonrió, me tomó de la mano, me apoyé sobre mi hombro mientras veía a sus papás, mi mamá, y nuestros amigos interactuar con ellas, tenía miedo de que se agobiaran, pero estaban tan felices que lo llevaron bien.
Organizamos un almuerzo familiar, las vi a ellas sorprenderse con todo, y le pude dar las almohadas que les había comprado antes de mi casamiento, ellas se quedaron maravilladas.
-¡Gracias Lali!-Dolores hizo una pausa y se quedó pensativa-¿mamá?
-Mamá-asentí con la cabeza poniéndome emocional, ella fisicamente era tan parecida a mi, pero lo que más me llamaba la atención es lo dulce, las dos lo son.
-Y papá Peter-agregó Margatita, él se agachó para recibir su abrazo y me sentí plena, después de tantas malasangres estábamos recibiendo una especie de "recompensa".
Mi mamá Ana agarró su teléfono celular y nos dio indicaciones para que posemos, no puedo describir la sensación que sentí en mi cuerpo cuando sonreí, iba a ser una de esas imágenes que pensaba imprimir a pesar de que ya no se hace eso, quería ponerla dentro de un marco, colgarla en el medio del living.
Después de un rato nos quedamos solos, y ahí comprendí que no íbamos a ser más dos, que con Peter íbamos a tener nuevas responsabilidades, alguna de las cuales seguramente no eramos conscientes.
-¿Esta buena la pasta?-las miré expectante, ellas asintieron-hice dos salsas porque no sabía cual les gustaba..
Iba a seguir hablando pero se rieron.
-No pasa nada, esta bueno probar cosas-Margarita asintió con la cabeza-nunca probamos muchas cosas pero creo que ahora todo va a cambiar, ¿no?
-Sí-asentí nuevamente sintiendo una ola de emoción-va a cambiar
Peter les indicó que se cepillen los dientes y se pongan un pijama, ambas iban a compartir habitación, me quedé mirándolas maravilladas.
Arropé a Dolores y dejé un beso en su frente, ella me sonrió, fue una sonrisa sincera, genuina, después hizo lo mismo con Margarita.
-Gracias por habernos querido en tu familia-está última se emocionó, yo también me emocioné les dejé otro besito más a cada una, también les di un abrazo sentido, ahora sí eran mis chiquitas, tal vez en el futuro Dolores en particular me perdonara por el pasado, pero ahora tenía que tomarme todo con calma, esperar a que las dos se adapten, aunque parecía que no tenían problema para eso.
Junto a Peter nos quedamos mirándolas apoyados en la pared, dormían con paz, recién ahí solté un suspiro y nos alejamos.
-¿Esas feliz?-le pregunté dudosa- pasaron muchas cosas.. Todo esto es medio que una locura
Él se rió y elevó sus cejas.
-Es una locura, pero una locura hermosa que quiero vivir juntitos-dejó reiterados besos en mi frente.
Me quedé mirándolo a los ojos embobada.
-Sos tan tan tan lindo ser humano Pit-le hice una caricia en la cara- tan generoso... Compañero... Dulce.. Arriesgado-le sonreí- no me juzgaste y estuviste en todo momento conmigo, no me alcanza la vida para agradecerte..-rocé mis labios sobre los suyos- sos lo mejor que me dejó toda esta experiencia intensa bajo las cámaras.. Aprendí muchas cosas de vos y con vos.. Maduré bastante, y me gusta darme cuenta de que lo hice para bien..-él fue quién me besó con tranquilidad, hasta que poco a poco fui poniéndome más ansiosa, más "hot".
Se rió sobre mi boca y agarró mi cara entre sus manos.
-Yo también aprendí de vos y con vos, y tenemos mucho por aprender-llenó mi mejillas de besos tiernos.
-Te amo Peter-solté sin dar vueltas, eso era lo que sentía por él, amor, internamente cada vez que hacía algo me sentía derretirme, el cosquilleo en mi interior ante sus muestras de afecto y gestitos cariñosos siempre me recordaba que podía sentirme segura, que podía ser sincera, y apoyarme en la persona que más rápido se ganó mi corazón.
Se puso a jugar con mi pelo sin despegar su mirada de la mía.
-¿Te gustan mis ojos?-elevé mis cejas molestándolo- no dejas de mirarme
Se rió.
-¡Sos una tarada! Obvio que sí Mariana Espósito de Lanzani
-¡Mierda! Hasta ahora nunca pensé en eso-me reí nerviosa- siento que hice todo de forma muy conscientemente y al mismo tiempo no, creo que por la desesperación de tener el privilegio de tener nuestra propia familia no medí todo.. Pero.. Aunque recién ahora me estoy dando cuenta de que todo va ser muy intenso, es un miedo que pienso vencer.. Soy feliz con todo lo que nos está pasando
Sus ojitos brillosos me hicieron llorar, me contagié.
-Yo te amo a vos La-acarició mis labios con los dedos de una de sus manos-dulce, hermosa, valiente, fuerte, luchadora... Apasionada-me dio una palmadita en el trasero, lo miré con picardía.
-Mi amor, hoy mejor no hagamos nada... No da que se despierten y nos vean en una...-hice una pausa, achinó sus ojos riéndose.
-No va a pasar nada de nada-me persuadió.
Juntos caminamos hasta nuestra habitación y nos tumbamos uno al lado de otro, me quedé haciéndole caricias en el pecho después de haberle sacado la remera, mimándolo.
Lo besé lentamente para después terminar aferrándome a su pelo.
Beso va, beso viene, una mano traviesa, una nalgada, la respiración acelerada, la locura desenfrenada y por último la dulzura, la delicadeza, como "cierre" de la noche la paz, la calma, la respiración otra vez tranquila.
Esta noche fue la primera después de mucho tiempo en la que dormí bien, y al día siguiente me desperté como si se tratara de la mañana de navidad.
Que mis ahora hijas entren a mi habitación y se metan en la cama junto a su papá Peter me hizo el mes entero.
Nos pusimos a hablar, les contamos cosas graciosas, las atacamos a las cosquillas, eso siempre es algo que vi en las películas de comedia romántica, no creí que llegaría ese momento en el que podía ser mi realidad.
Peter preparó tostadas, yo había aprendido a hacer dulce con una receta de mi mamá (y por suerte me salió bien), desayunamos todos juntos en la misma mesa, y después nos preparamos para ir a jugar a una plaza.
Volví a transformarme en una nena chiquita, corrí, rodeé por el pasto y jugué a las escondidas, Peter también se la pasó corriendo de un lado a otro, sobre todo cuando jugamos a la mancha.
El atardecer lo vimos desde el balcón del departamento, mientras ahora jugábamos a "la casita robada".
Fue otro día repleto de experiencias nuevas, otro día de disfrute, otro día soñado.

-Bueno, ahora.. ¿Cuando un hermanito para ellas?-Peter me sonrió y elevé mis cejas-¡ahora no La! En un tiempito, pero.. ¿Te gustaría?
-Mmm.. ¿Podemos negociarlo más adelante? Ahora quiero disfrutar de este presente-también le sonreí, él asintió con la cabeza- igual... Creo que la respuesta es algo obvia..
Me callé, le hice el gesto de que cerré mi boca para no decirle nada más, se rió de mi.
Mordí mis labios cuando nos quedamos mirándonos y me lancé hacia él como un felino a su presa, por poco hago que se choque la cabeza contra la pared.
-Que fiera eh-me molestó y acto seguido me robó un besito- mi fiera
Nos abrazamos, rodeé su cuerpo con mis brazos y me acurruqué para así quedarme escuchando sus latidos.
Peter besó mi frente y empezó a sonar música proveniente del televisor, Frozen, juntos la habíamos visto para poder actuárselas.
Nuestras hijas se sentaron en el sillón y nos miraron fascinadas, mientras, nosotros hacíamos lo que siempre habíamos amado, pero esta vez para alegrar la vida de dos personitas que también pasaron por mucho, que también tuvieron un recorrido largo hasta cruzarse con nosotros.
Las miré, yo también fascinada, Peter me tomó de la mano comprendiendo todo lo que estaba sintiendo, lo que estábamos sintiendo.
Nada más hermoso que tener la capacidad de poder amar, y poder ser receptor de más amor, que se forme ese intercambio que le hace bien al alma.
Apoyé mi cara sobre el hombro de Peter y tomé aire, solté un suspiro con los ojos cerrados, cuando los abrí solo se me vino a la cabeza algo: agradecer.

FIN

Role playWhere stories live. Discover now