✘D I E C I O C H O✘

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"Cuando se escribe la historia , los asesinos son héroes."

De la película "El Código Da Vinci"

Luana

He estado dormida por mucho tiempo. Gracias a que Le se ha vuelto más débil con el pasar de los años, he sido capaz de salir más frecuentemente. Me cuesta mantener el control del cuerpo por mucho tiempo. Soy solo una persona atrapada en el cuerpo de otra. Es humillante. Pero es lo que me tocó.

Leah no sabía que había alguien viviendo dentro de ella, y menos que esa persona era su hermana. Me ha costado hacerla entrar en razón pero, en cambio, está perdiendo la cabeza.

En parte es culpa mía y de nuestro padre, pero también lo es de su estúpido vecino.

Agarro una sudadera gris del cuarto de Leah y me la pongo. Mientras bajo las escaleras de dos en dos, le envío un mensaje a Kyan.

"Te espero en 20 minutos a las afueras de tu apartamento. Con amor, L"

—¿Vas a algún lado?

Levanto la vista del móvil. Alexa, Max y mi madre, están sentados juntos en la mesa del comedor con la mirada fija en mí. Debería sentir algo al ver a mi madre frente a mí, pero sentir no es algo que yo haga. Para mí, ella es una persona más en este mundo lleno de hormigas.

—Sí. —respondo, cortante.

Intento pasarles de largo, pero Max se levanta de la mesa y me agarra del brazo.

—Tu madre se va mañana. ¿Piensas irte así como así?

—Obsérvame cómo lo hago. —le sonrío, soltándome de un jalón.

No espero la reacción de nadie más y me encamino hacia la puerta. Bajo las escaleras de dos en dos, tarareando la melodía de una canción que alguien tiene puesta en el edificio. Me acerco a la tienda más cercana y me compro una caja de cigarros junto con un encendedor. El dependiente me acaricia el dorso de la mano cuando me da el recibo. Levanto la vista y me guiña un ojo. Sonrío, para luego torcerle los dedos y empujarlo hacia atrás.

—¡Estás loca! —exclama.

—¿No me digas? —ironizo y me devuelvo hacia mi bloque.

Me recuesto en la pared contigua del edificio de Kyan, luego de encender un cigarro y llevármelo a los labios, aspirando el humo que me llena de éxtasis.

Por el tiempo que ha pasado desde que le envié el mensaje a Kyan, ya era para que estuviera aquí, lo que me hace suponer que no se encontraba en su apartamento.

Recuerdo el día que lo conocí. Hube despertado en medio del beso que él y Leah se estuvieron dando. Sus ojos se encontraban abiertos, fijos en mí. El sabor a metal en mi boca me empalagó. Lo alejé de mí, empujándolo del pecho; no obstante sus manos ceñidas en mi cintura no me dejaron escapar.

—Te aconsejo que me sueltes, si no quieres arrepentirte de haber nacido. —mascullé.

—¿Quién eres? —preguntó y mi ceño se frunció.

¿Había besado a Leah sin saber su nombre? —fue lo que pensé en aquel momento.

Mirándolo con detenimiento, era un chico peculiarmente hermoso. Sus ojos parecían dos zafiros iluminados por los rayos de sol y su mandíbula cuadrada, era una de las cosas que más me parecían atractivas en los hombres. Bajé la vista hasta el lugar en donde su mano se encontraba con mi piel y me vi fantaseando con esos dedos largos en lugares que no se mojaban con cualquiera.

Control: un cuerpo, dos almas©️ [Killer #0]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ