✘C U A R E N T A Y D O S / F I N A L✘

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"Quizá me haya acostumbrado tanto a las mentiras, que la verdad me suena indecentemente falsa."

Irvine Welsh

Centro de Detención del Condado de Beaufort, SC

22 de mayo del 2018, Beaufort, E.E.U.U.

Hora: 6:00 pm.

LEAH

—Dejen sus pertenencias aquí, por favor. —declara el hombre vestido con una camisa color caqui, unos pantalones negros y botas del mismo color, mientras que, con una mano se sostiene el cinturón en dónde se encuentran enganchados una porra, unas esposas, una radio y una pistola, y con la otra, me entrega una cesta de color blanco— Al salir, se le serán devueltas.

Kyan se despoja del teléfono móvil, de las llaves del hotel y de la cartera, mientras que, por mi parte, solo dejo la bolsa.

El funcionario nos guía hacia una sala cuadrada, dividida por un gran cristal de la que se encuentra en frente.

—Pueden sentarse y esperar. Sí se sienten amenazados, pueden llamarme, estaré al otro lado de la puerta. —inquiere el hombre uniformado.

Yo asiento, poco convencida.

—Venga. —Kyan me sostiene de la cintura y me lleva hacia una de las sillas frente a la pared de cristal. Mis pasos son lentos e inseguros, las manos me tiemblan. No sé en qué momento, pensé que esto era buena idea.

<Viajaste a otro puto continente porque querías respuestas. Ahora no te eches para atrás.>

Luana tiene razón. Necesito saber la verdad. No puedo seguir viviendo en una burbuja. Necesito liberarme.

A través del cristal, observo como la puerta se abre. Kyan me sostiene la mano temblorosa sobre uno de mis muslos. Ladeo la cabeza, encontrando nuestras miradas. El corazón me late a una velocidad para nada normal. Nunca me imaginé viviendo este momento.

—Todo estará bien. —murmura y yo asiento, convenciéndome a mí misma de sus palabras.

Siento su presencia al otro lado del cristal. No me hace falta verlo para saber que ya está sentado. Cierro los ojos y tomo una respiración profunda, justo antes de enfrentarme a lo que tanto he huido.

Su aspecto es como una bofetada para mí. Está demacrado. Lo primero que detallo es la escasez de cabello en su cabeza. Me recuerdo a mí misma jugueteando con su mata de pelos cuando era niña, ahora no queda mucho de ella, solo unos cuantos pelos blancos dispersos. Las arrugas en sus ojos están mucho más acentuadas, al igual que las manchas de la edad. Lo único que permanece igual es la heterocromía de sus ojos, idéntica a la de Luana.

—Leah. —Kyan llama mi atención. Sostiene en su mano el teléfono que estaba colgado en la pared, entregándomelo. Estaba tan perdida en mis pensamientos, que no me había dado cuenta que mi padre estaba con el teléfono de su lado en la oreja, esperando por mí.

—¿Eres tú, princesa? —exclama mi padre. Su voz provoca que mi mirada se empañe. Demasiados sentimientos encontrados.

—Papá... —murmuro sin poder evitarlo.

—Mi niña. —coloca su mano sobre el cristal cuando una lágrima se desliza por su mejilla.

—Papá... —rompo en llanto, dejando caer mi frente en el cristal— Papá.

Se me hace un agujero en el pecho cuando la mar de sentimientos me avasalla. Pensaba que no iba a echar de menos a alguien que me hizo daño y jodió una parte muy importante de mi infancia, se suponía que no sentiría nada por este hombre, que lo despreciaría como hacía en la soledad de mi apartamento en Berlín, pero la realidad es muy diferente.

Control: un cuerpo, dos almas©️ [Killer #0]Where stories live. Discover now