Ambos guardaban un secreto, pero ninguno quería revelar los suyos, pero siempre hay alguien que se doblega por el otro ¿No?
Ella desde de salir de un internado siquiátrico decidí mudarse con su primo para así empezar de cero y tratar de mejorar.
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— Listo ya se puede llevar a la paciente— salí pensativa del lugar donde he vivido prácticamente dos años, pero ahora solo quiero estar en una cama y dormir junto a tía Jane.
No quiero que me vuelvan a soltar.
—Te sientes bien, cariño—acaricia mis mejillas pálidas mientras yo disfruto de su tacto.
—Ahora estoy mucho mejor, pero no quiero volver a estar encerrada.
—Te prometo que no lo volverás estar—promete mientras me ve con lágrimas en los ojos, ella es la mejor persona que pude conocer en mi vida, ella es mi ejemplo a seguir.
—Vamos a casa.
.....
—Amelia, te he extrañado tanto—y acá vine mi molesto primo, pero aun así también lo he extrañado.
—Creo que el sentimiento es mutuo—suelto una risita mientras él me observa con felicidad. Amaba esa mirada, ya que prefiero esa que una de tristeza.
—Estas listas para retomar la universidad—enarco una ceja mientras yo mordía mi labio inferior con nerviosismos.
—Hasta ahora no sé cómo hicieron para que me esperaran en la universidad.
—Tú no te preocupes, pero solo te diré que un viejo amigo me ayudo con eso—Mateo tiene muchos amigos y es bueno saber que uno le sirva para este tipo de cosas.
—Bueno creo que ya es hora de dejarte con tus padres, cariño—hablo con un noto de voz triste mientras evitaba verme. A ella le dolía tanto dejarme con ellos.
—Tranquila, yo estaré bien a demás sé que alguien tiene un gran plan—observo a mi primo con confianza mientras tomo mi pequeña maleta.
— Mamá, estoy en unos acuerdos con mis tíos para que dejen que esta loquita venga a mudarse con nosotros para así ella pueda recuperase—yo abril los ojos de sorpresa porque yo dije eso de broma solo lo dije para poder hacer sentir mejor a tía jane.
—Te agradezco por eso, pero espero que eso no implique que ustedes estén dando tanto dinero para que ellos me dejen tranquila.
—Cariño, eso no importa cuando se trata de tu salud mental mira acabaste internada en el psiquiátrico durante dos años y eso es que me recomendaron que te dejáramos más tiempo.
—Estoy mucho mejor, pero solo no quiero volver a ese lugar.
—No lo harás porque no sabes cómo te extrañamos—finjo una sonrisa mientras me siento en el sofá con cansancio, a veces hasta hablar me cansa.
—Dios se me paso decirte que hoy es la cena anual familiar—me cubrí el rostro mientras empezaba a gritar cubriéndome la boca.
Desgraciadamente hoy es la cena anual de mi familia todos se juntan y a mí no me agrada estar en esa cena.
