Ambos guardaban un secreto, pero ninguno quería revelar los suyos, pero siempre hay alguien que se doblega por el otro ¿No?
Ella desde de salir de un internado siquiátrico decidí mudarse con su primo para así empezar de cero y tratar de mejorar.
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Desperté al sentir el cálido aliento de ese apuesto chico que dormía conmigo todas las noches sin importar que a veces durmiera en el sofá, él iba y se echaba en mí encima como un cachorro.
Giro un poco mi cabeza para verlo dormir como un bebé, realmente este hombre era un sueño hecho realidad era como si se hubiera escapado de mis libros y algunas veces de mis pesadillas más oscuras.
En el fondo de mi mente yo había muerto, pero él hacía que me sintiera mejor de cierta manera y trato de no caer porque volver donde estuve antes no era una opción para mí, simplemente tenía que recordar lo que pase en ese psiquiátrico para ver que no quería eso otra vez.
Acaricio su cabello tan sedoso y perfecto, hace unos días lo vi pintándose el cabello de negro, creo que no le agradaba ser rubio, realmente era un teñido muy lindo.
Bese sus mejillas haciéndolo despertar de inmediato al sentir mis labios sobre su piel.
Me dio una sonrisa coqueta mientras se sentaba en la cama para verme detenidamente.
—Te he dicho lo sensual que te ves en las mañanas y más cuando estás desnuda—Hablo con ese tono tan ronco de voz.
—Yo considero que no—Tomo de mí mentó y deposito un pequeño de dulce beso en mis labios.
—Eres tan hermosa...
—Despertaste de buen humor hoy porque hace unos días estabas tan distante conmigo—Me senté junto a él cubriéndome con las sábanas.
—Estuve con tanto trabajo que mi humor era de los demonios. Siento mucho si te moleste por estar así contigo.
—No importa depuesto de todo, es tu trabajo—Iba a ponerme mi ropa para irme a hacer el desayuno o algo más productivo.
Pero Luke me tomo del brazo tirando de mí para evitar que me fuera.
—Luke...
—Aún estarán durmiendo o con resaca por lo de anoche—Tenía algo de razón, pero sé que no estaba así por su trabajo.
Tengo una corazonada que algo pasa.
Me subió sobre sus piernas y yo sonreí al ver su rostro tan iluminado.
—Sabes que nos pueden escuchar si hacemos esto—Sabía que aunque le dijera algo a él no le importaría.
—Sabes que me importa un demonio si nos escuchan, pequeña.
Tomo uno de mis senos desnudos para acariciarlos con suavidad mientras yo cerraba los ojos tratando no soltar ningún tipo de sonido.
