Ambos guardaban un secreto, pero ninguno quería revelar los suyos, pero siempre hay alguien que se doblega por el otro ¿No?
Ella desde de salir de un internado siquiátrico decidí mudarse con su primo para así empezar de cero y tratar de mejorar.
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Amelia
El era extraño conmigo y después de ver su pasado no me interesa saber nada más sobre él, ya que ya estoy metida que muchos líos y estoy segura que si intento algo con él tendré muchísimos más así que será mejor ni crear un vínculo de amistad.
—Las chicas tiene que bajar un momento para recibir la segunda dosis se la que vacuna contra la influencia así que tiene unos minutos para bajar.
Mierda.
Odio las inyecciones y mucho más cuando son puestas por mi estúpida universidad simplemente siento que me hacen dolor más el brazo. Tía Jane cuando vacuna no me hace dolor nada, pero aún así hago un escándalo de niña pequeña.
Odio los lugares cerrados y las inyecciones así que esos serían mis peores miedo, pero el hecho de volver estar encerrada en un lugar me aterra demasiado podría caer desmayada si me dicen eso algún día.
—Vámonos, Amy—Beca toma de mi mano, pero yo me quedo quieta.
—Yo no deseo ser vacunada así que ve tú sola, pero para la próxima vamos la dos.
—Pero escuché que tu tía dejo firmando para que seas vacunada yo creo que si no lo haces ella se enfadara contigo.
Tenía razón, pero prefiero su enojo que tener que hacer una estúpida escena frente a los chicos de mi universidad porque obviamente que va a pasar no lo puedo evitar eso se me hizo costumbre desde bebé prácticamente.
—No se enfadara, te lo aseguro.
—No te creo, Amelia Miller—Me fulminó con la mirada mientras yo sonría nerviosamente.
—Todo estará bien—Le aseguró, pero lo que ella hizo me dejó fría más pálida de lo que soy.prácticamente me quedé
Ella empezó a gritar el nombre de mi primo hermano y sabía que iba a pasar, él me iba a arrastra hasta el lugar donde sería la vacuna.
—Juro que vas a lamentar haber gritado.
—Amiga, te conozco hace poco pero ya te quiero así que no voy a dejar que no recibas tú dosis de la vacuna.
—Estas loc—Luke aprecio en el marco de la puerta con un semblante serio.
Traiga una camiseta blanca y una saco negro realmente se veía sexy, pero de seguro solo está acá por ser un profesor más.
—Rebecca, ya es tu turno así que ve yo me encargo de, Amelia.
—Lo siento—Beca susurra con un noto de arrepiento y yo solo asiento para no hacerle sentir peor.
—No quiero esto así que no me pueden obligar.
—Bien no te obligaré, pero ve te enseño que no duele mucho solo es un pequeño peñísco.
—No quiero.
—Vamos, señora amargada—Tira de mi para llevarme a un salón donde había una enfermera y yo me quedé paralizada cuando vi la inyección.
