Capítulo 26

17.2K 944 331
                                    

Me lo quito mientras busco a Luke por la gran casa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me lo quito mientras busco a Luke por la gran casa. Necesito una explicación ahora mismo de entonces.

Tal vez estoy paranoica y este es solo un regalo simple.

Entro a su oficia que tenía en la plata baja para revisar si estaba ahí, pero no había nadie.

—¿Qué es esto?

Tomo el certificado en mis manos para verlo con algo de horro, esto debe ser un maldito broma, no puede ser real... Yo no puedo estarlo.

Era una acta de matrimonio entre mí y Luke, pero mi firma estaba ahí y yo no recuerdo haber firmado algún documento y menos sobre esto.

—Amelia, mírame a los ojos, necesito que lo hagas para que escuches lo que tengo que decirte—me afirmó de los hombros, de modo que no pudiera escapar. Levanté con lentitud mi cabeza, controlándome para no matarlo.

—Dilo rápido antes de que te asesine.

Respiró hondo y antes de abrir la boca para decir algo, me besó.

Me pilló desprevenida, no pude hacer nada para negarme en ese momento, ya que aún me tenía sujeta de los hombros.

Cuando se separó, no podía parpadear ni cerrar los ojos. Luke se relamió los labios y volvió a hablar.

—Esto es importante y necesito que pongas mucha atención: Yo te amo, siempre lo he hecho, desde el primer día en que te vi cuando tenía creo que quince, ¿Sabes lo doloroso que me fue verte y tenerte cerca esos años sin poder decírtelo? Sabía que tú no estaba interesa en mí, me lo dejabas claro todos los días. Intenté ser distante, olvidarte, pero no pude. Te amo demasiado como para sacarte de mi mente con tanta facilidad y ahora que estamos juntos no puedo pensar en que volvamos estar separados.

Las palabras de Luke entraban y salían por mis oídos, solo algunas frases vagas se quedaban en mi cabeza, resonando y creciendo hasta confundirme.

De pronto, su tacto comenzó a quemarme. No podía seguir estando a su lado, no podía pensar con claridad en todas las cosas, los recuerdos, las risas y los enojos que vivimos juntos en la misma casa, se revolvían frente a mis ojos. Podía recordar a ese amigo de mi primo de cabellos rubios que me observa en ciertas ocasiones y que me beso de sorpresa.

—Luke, suéltame.

—¡Aún no termino!—me gritó. Me obligó a observarlo de nuevo, a no apartar la mirada de sus ojos cristalinos.

—Luke...

—¡Escuchame! Si quieres puedes golpearme, puedes gritarme o amenazarme de muerte, pero primero tienes que escuchar todo lo que tengo que decirte—asentí con la cabeza, segura de que si volvía a sacar la voz, rompería a llorar—. Sé que cometí una locura. Yo le dije a alguien que me ayudara hacer todo esto porque de verdad deseaba tenerte como mi esposa... Así que le dije a Mateo que te amaba más que a mi propia alma o mi vida —dejó libre a mis hombros, pero afirmó mi rostro y lo acercó al suyo, casi rozando nuestros labios—. Le pedí tu mano hace un mes, ¿puedes creer eso? Ya saber con quién quería pasar el resto de mi vida— me volvió a besar mientras reunía el valor para seguir hablando, yo no hice nada salvo aceptar el beso en este momento. De todas formas estaba demasiado conmocionada como para reaccionar de otra manera—. Odio hacer esto, pero tú ya eres mi esposa, quieras o no quieras, al final nos amamos, amor. Quiero tener hijos contigo, quiero besarte por el resto de mi vida, poder mirarte cada mañana cuando despiertes. Tal vez en este preciso momento solo piensas en todas las formas existentes de asesinar a una persona, pero quiero que imagines una vida juntos.

Puedes sentir estoWhere stories live. Discover now