Ambos guardaban un secreto, pero ninguno quería revelar los suyos, pero siempre hay alguien que se doblega por el otro ¿No?
Ella desde de salir de un internado siquiátrico decidí mudarse con su primo para así empezar de cero y tratar de mejorar.
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Lo observo con el ceño fruncido tratando de entender la sorpresa que tuvo al escuchar mi nombre.
—Todo está bien—pregunto con curiosidad.
—Estas en este boque en medio de la noche sola, creo que tu novio no te debería dejar sola aquí a estas horas, es peligros—dijo y yo ríe.
—¿Qué te hace pensar que necesito un novio para defenderme? —digo tajante y con la ceja alzada.
—Entonces eso quiere decir que no tienes novio—preguntó.
—¿Novio?—digo riendo. —Eso no está en mi lista por ahora.
Veo su cara de asombro, creo que jamás escucho a una chica decir eso.
—Eres una chica algo especial y única—dijo.
—Y tú eres un completo desconocido que molesta mucho—digo poniendo los ojos en blanco.
—Y que te trae a esta fiesta al medio del bosque.
Lo observó detenidamente no esta tan mal podría decir que, si es atractivo, tenía unos ojos azules que jamás avía visto en mi vida, era muy alto creo que yo le llegó solo al pecho.
Tenía tatuajes en sus brazos y no lo voy a negar me llaman mucha la atención los chicos con tatuajes, pero una vez mi abuela se enteró de mi obsesión por eso y me dio una charla y fue graciosa terminamos riendo como siempre.
—Sabes eso no es tu asunto, no te enseñaron que no te debes meter en los asuntos de las personas—él se acerca a mí y me mira de pies a cabeza.
Que le pasa a este idiota porque me mira tanto me está dando un poco de miedo.
—Se ve que te falta algunos tornillos—él ríe sarcásticamente.
Yo solo lo observó y me alejo de él.
—Vamos dime qué haces por acá—vuelve a insistir.
—Me tengo que ir.
Me di media vuelta, pero justo cuando me está por ir ese tipo toma de mi brazo impidiendo irme de este bosque.
—Mira idiota suéltame a ahora o voy a empezar a gritar—le aviso.
—Donde queda tu casa—pregunto seco.
—Sabes te metiste con la chica equivocada—dicho eso le di una patada en donde más le doliera y salí corriendo de aquel bosque sin dar vuelta atrás.
Que creía ese que le iba a decir fácilmente donde vivía quien sabe podría hacerme cualquier cosa, lo siento, pero yo no confío en las personas y ese tal Luke lo acabo de conocer hace unos cuantos minutos y no me da buena espina.
Sigo caminando hasta que veo a alguien que no desea ver esta noche.
—Primita, que haces por acá—puedo sentir la hipocresía hasta acá.
