Capitulo 14: Comienza los engaños... Ya se vive en la mentira.

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Había pasado una semana después de aquello, ya Sai vivía con nosotros, y se había adaptado bastante bien nuestra vida en común. No hablaba mucho, y solo aparecía en las zonas comunes para poner en teoría sus conocimientos en los libros que se encargaba de leer en nuestra mini biblioteca. Habían surgido muchos problemas en esta semana y comenzaré por contarlos.


Primero, se vivía una situación muy tensa entre Gaara-Sama y Tsunade-sama. Los líderes de ambas villas estaban ojo avizor sobre la otra. ¿Por qué? Habían encontrado varios cadáveres del cuerpo élite de ambas villas, y estas habían recibido a su vez un mensaje, de que la villa contraria los había atacado. A lo que simple vista parecía algo imposible, los forenses de ambas ciudades lo investigaron, y en los cadáveres de los ninjas de la hoja, se encontró restos de los ataques de la villa de la arena, y viceversa. Provocando un conflicto realmente grave entre ambas villas hermanas, no sólo por la alianza que tenían, sino porque mucha gente quería sentenciar la guerra entre ellas.
El segundo problema era parte del primero. Shikamaru y Temari estaban completamente divididos, no sabían que hacer ante este acto, Temari tomó la decisión que él menos quería oír. Se iba de la villa, y si todo entre ambas villas salía mal. No se volverían a ver, y ambos lo sabían. Pues si ambos se veían de nuevo, serían acusado de traidores por sus propios hogares, ambos no querían eso. Por eso mismo ella partía hacía su casa, y él se quedaría llorando su partida en silencio, sin derramar ninguna lágrima. Tal y como era, guardaría todo su dolor para él, solo él sabría cuando sufrió. Sin embargo, hablé con ella, y ya conocía sus pensamientos, no sólo no quería separarse de Shikamaru, sino que además su hijo no crecería con él. Shikamaru ni siquiera le vería nacer, ni siquiera vería como su vientre iba creciendo... Y todo porque dos villas, se empezaban a declarar la guerra de una manera bastante rápida.


El tercer problema venía desde otra persona... Naruto. Estaba triste, muy triste. Tanto que habíamos tenido que tirar Sasuke y yo de él, tan siquiera para sacarlo de la cama a entrenar. ¿Porqué mi mejor amigo se comportaba así?... Hinata... Ese era su problema. Ella había acabado su relación, le había dejado, y no sólo lo había hecho delante de todos, sino que lo había hecho de la manera que más le podría doler a Naruto... Acusándole de ser lo que era. Él había decidido ir a hablar con Hiashi, pues se había cansado de como trataba a su novia, y allí fue, Naruto haciendo gala de un temple que ni Sasuke ni yo habíamos visto jamás, llamo a la puerta del clan, y sin perder la compostura habló con el padre de ella...Primer golpe para él... Las frases aun resonaban en mi cabeza " Nunca te merecerás a mi hija, eres un zorro maldito" " Sólo tus actos ponen en riesgo tu propia vida, no quiero que mi hija este contigo" " Eres un huérfano abandonado ¿Cómo esperas ser digno de Hinata?" "Eres un problema para la villa, y no serás un problema para mi Clan" Aun después de mil frases mas, acusándole de lo mismo. Aguanto, y acepto lo que decía, disculpándose al salir por haber ido. Pero cuando salimos de aquella sala. Hinata le aguardaba... Le chilló, le gritó,le recrimino, tan furiosa... Que no era ella. No era Hinata, estaba atacada en un estado que ni ella misma se daba cuenta de dónde estaba, pero yo sí, y Naruto también... Ella fue clara. " Te dije que no vinieras ¡Y viniste! ¡En ti no se puede confiar, Naruto! ¡LARGATE! ¡Y no vuelvas, largate de mi vida! ¡¿Tendrá razón mi padre, y sólo eres un maldito zorro que no razona!? ¡LARGATE! Sólo fuiste un error" y echándose a llorar, se fue ella de allí. Con Naruto aun en shock. Sasuke y yo, cogimos lo poco de orgullo que le quedaba y nos fuimos. Nada más llegar a casa se encerró en su habitación. No salía, no comía, y a nosotros se nos encogió el corazón solo de pensarlo. No sabía que le había pasado a Hinata por la cabeza, porque no era ella quien dijo esas palabras... Pero si yo aun las recordaba con nitidez, no quisiera saber como las recordaba mi mejor amigo.
Había muchos más problemas... Muchos más, pero ahora mismo, mi vida se centraban en estos. Cierto era que tenía que pensar en el miedo que debería sentir ante la seguridad que tendría mi hijo, pues acechaban sobre él. Pero no tenía miedo, jamás lo tuve desde que estuve con Itachi.

Mi pasión Prohibidaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن