16| Mansión Breed

34.8K 2.7K 1.6K
                                    

"Mansión Breed"
Narrador| Clara

—Bajaré mientras te estacionas—le dije a Amaya, mientras salía del auto y ella se estacionaba.

Corrí hasta la cabaña, ¿las luces estaban apagadas?

Quizás se durmieron temprano.

Me acerqué, y empujé la puerta al notar que ya estaba entreabierta.

—¿White?—caminé algo temerosa hacia su habitación, su cama estaba desordenada como siempre pero no había señales de él, tampoco de Black.

¿Dónde podrían estar a esta hora?

—¿Qué pasa?—la voz de Amaya me exaltó, y me volteé para hacerle una seña de que ninguno de los dos estaba.

Me dediqué a buscarlos dentro de la pequeña cabaña como si fuesen a estar escondidos en algún lugar, y Amaya buscó por fuera.

—¿Los encontraste?—pregunté preocupada, y ella negó con su cabeza.

—Había un rastro de sangre en la parte de atrás.

—¡¿Qué?!

—¡Cálmate, de seguro no es de ellos!—intenté tranquilizarme, llevando una mano a mi pecho, y entonces, recordé la broma que Black dijo en el restaurante.

Habían matado a la tropa de imbeciles que nos atacaron.

—¿Crees que sea la sangre de aquellos hombres?

—Lo más probable es que sí, ellos los habían movido para que no...viéramos los cuerpos—agregó ella, y a pesar de lo terrible que eso era, me relajaba saber que esa sangre no era de ninguno de ellos dos.

Me senté en el sofá, suspirando algo cansada.

¿Dónde se metieron ahora?

—¿Tienes la dirección del tío?—yo asentí para responderle, sacando el papel doblado que había guardado en mi bolsillo, en el que había anotado toda la información que alcancé a buscar en el camino—deberíamos ir.

—¿Qué?

—A hablarle, y decirle que confiese—me parecía increíble su valentía, y bueno, tampoco quiero que las cosas se queden como están, Black y White merecen una vida mejor.

—Es el mismo hombre que ha cometido asesinatos, Amaya.

—No, él contrató a más personas para hacerlo, pero de seguro ahora está solo.

Ambas nos miramos unos minutos, ella parecía convencida, y yo aún lo estoy pensando.

Los chicos no están, y me preocupa como pueden estar, o que les pasó, así que si hay una forma de ayudarlos, es haciendo esto.

Caminamos hacia el auto de nuevo, la camioneta de ellos, bueno, que robaron, seguía estacionada allí, y eso se me hacía aún más raro.

—¿Crees que estén bien?—pregunté preocupada, subiendo al auto mientras Amaya lo encendía.

—Claro que sí.

Así es ella, por muy nerviosa que esté, siempre va a mentirme para calmarme.

—Hablé con mis padres—solté, intentando iniciar un tema de conversación.

—Te escuché, ¿te obligaron a ir a la graduación?

—Ugh, sí—habíamos salido de vacaciones, oh bueno, en realidad faltamos los últimos días de clase, pero nunca hacen nada, así que no nos perdimos nada importante.

Faceless Love Where stories live. Discover now