33| Discusión

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"Discusión"
Narrador| Black

Nunca me imaginé que podríamos ser tan productivos, o incluso poder organizarnos bien.

Clara y White estaban ordenando algunas cajas para que luego pudiésemos llevarlas a mi habitación y la de Bee. Gray estaba ayudando también, pero se detuvo unos minutos para pedir algo de comer, ni siquiera habíamos almorzado así que nos devoraríamos la cena.

Intentamos subir los ánimos de Bee dejándola acostada para que descansara, y le puse su maravillosa maratón de películas de Barbie.

En cuanto el sushi llegó, Clara puso la mesa, mientras yo iba a avisarle a Amaya y los otros dos ponían la comida en platos.

—Ven a comer algo, Bee—dije, viendo cómo estaba cómodamente acostada, con un paño sobre su frente para su dolor de cabeza.

—No tengo mucha hambre.

—Bee, no almorzaste—suspiré, acercándome para sentarme en el borde de la cama—y últimamente nunca tienes hambre, ¿estás enferma?—ella negó con su cabeza.

—No necesito comer.

—¿A qué te refieres?—pregunté, frunciendo mis cejas al ver que se encogía de hombros, volviendo su vista al televisor y evadiendo mi pregunta—Bee, ¿hay alguna razón por la que no estés comiendo?

—Hace un tiempo tengo una pregunta que me pone nerviosa.

—¿Cuál?

—¿Realmente te gusto o solo es porque no conoces a nadie más?—inquirió, sin mirarme.

—Bee, ¿no estás comiendo por eso?

—¡¿Y si conoces a alguien mejor?!

—Bee—le interrumpí, y ella siguió.

—Sé que tener más o menos peso no te hace más linda, pero yo...yo soy la excepción, me odio, odio sobre pensar las cosas y odio la forma en la que me veo—mi corazón dolió al solo escuchar como ella misma se juzgaba. Me acomodé a su lado, tomando el control de la tele para pausar la película.

—No me gusta ser la razón por la que te comparas con otras chicas, cariño.

—Siempre habrá alguien mejor.

—Yo no necesito conocer a nadie más para saber que eres la persona con la que quiero estar por el resto de mi vida—aclaré, y ella al fin me miró—no te compares con nadie, eres única, escuincla.

—¿Por qué no me odias, acaso no me estás viendo?

—Estoy viéndote, y me gustas.

—Mi pelo está seco y enredado—dijo.

—Te ves tierna cuando despiertas como si fueras un león—respondí.

—No tengo trasero.

—¿Ah no, y entonces que es lo que nalgueo?

—Mi perfil es horrible.

—Lo veo todos los días y lo adoro.

—Mis uñas están horribles porque siempre las muerdo cuando estoy nerviosa.

—Estaré contigo para evitarlo—se quedó en silencio, mordiendo su labio luego de escuchar mis respuestas, y suspirando, se apoyó en una de las almohadas.

—No sé cómo no te aburres de mi.

—Porque todos los días conozco algo de ti que me sorprende y adoro aún más, escuincla—contesté, levantándome de la cama y tomando su mano—y no necesitas que yo te lo diga, lo más importante es que te ames a ti misma, Bee, no cambies nada de ti para compararte o impresionar a alguien.

Faceless Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora