30| Sacrificio

25.2K 1.9K 2.8K
                                    

"Sacrificio"
Narrador| Blaise

⚠️Advertencia +18

Nunca me había detenido a pensar que tan lejos podría llegar con un hombre, pero definitivamente ver a Gray en este estado está derribando cualquier límite que hubiese puesto con alguien más.

Recostado sobre la cama, una de sus manos sobre la sábana y la otra cubriendo parte de su rostro. Su respiración agitada y sus leves jadeos seguían ahí mientras él parecía hacer un intento por volver a la normalidad. Puedo ver desde aquí el tono rojizo en sus mejillas, y sus húmedos labios entreabiertos.

Vaya vista.

—¿Ni siquiera vas a decirme algo?—pregunté, alzando una de mis cejas mientras él apartaba su mano de su rostro, mirándome de reojo.

—¿Y qué se supone que debo decirte?—cuestionó, acomodándose en la cama para acomodar sus shorts.

—No sé, tú dime.

—Ni siquiera debimos haber hecho esto.

—Sí claro, ahora quéjate—murmuré, rodando los ojos y viendo su expresión seria—¿Qué? ¿Vas a mentirme y decir que no lo disfrutaste? Porque tus jadeos y gemidos decían lo contrario.

—Cierra la boca.

—No—respondí rápidamente, acercándome a él nuevamente—¿cuál es tu problema?

—Éramos amigos.

—Lo seguimos siendo.

—¿Cómo puedes actuar tan normal?

—No es nada del otro mundo—solté, suspirando y recostándome a su lado—este tipo de cosas nunca se transforman en un problema siempre y cuando no se mezclen con esas estupideces amorosas—expliqué, y él se quedó en silencio.

No suelo tener relaciones serias, me estresan un poco. Me aburro fácil de las personas, y nunca nadie ha logrado despertar algo más que un deseo sexual.

Me divierto conociendo gente en los bares de mi padre, trabajando y pasando tiempo con personas que me interesen.

Al inicio, Gray se me hizo difícil de llevar, era demasiado frío y seco, hablar con él era básicamente lo mismo que charlar con una pared. Pero bueno, un par de cervezas y entramos más en confianza.

Ahora es agradable poder molestarlo, sabiendo que no es solo el idiota depresivo que creí que era.

—¿Por qué siento que me estás proponiendo algo?

—Lo estoy haciendo—aclaré, y él no cambió su expresión—¿Ahora vas a decirme que nunca te entran ganas de follar?

—No voy a follar contigo, Blaise, que asco.

—Deja el orgullo de lado—murmuré, intentando convencerlo—dejémoslo como amigos que hacen humildes sacrificios por el otro.

—No—interrumpió, rodee los ojos, comenzando a rendirme. Lo vi voltearse, dándome la espalda en la cama—Buenas noches, Blaise.

Faceless Love Where stories live. Discover now