🖤| Enmascarados

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🩸|Extra 03
   Perspectiva de Black al conocer a las chicas.

Narrador| Black

—Hey—dije, frunciendo el ceño y agachándome para tocar cuidadosamente la huella que había encontrado—mira esto—añadí, viendo a mi hermano acercarse.

—¿Huellas?

—Sí—murmuré, y al alzar mi vista, cruzamos miradas, levantándonos del suelo para correr hacia la cabaña.

Si se trataba de policías, significaba que habían vuelto al bosque a investigar, sin embargo, aun que me daba fastidio pensar que era eso, no sería gran problema volver a encargarnos de ellos, sobre todo de los que vinieron hoy, porque, a juzgar por el tamaño de sus zapatos, son bastante enanos.

—Carajo—White maldijo, y enfoqué mi mirada en la cabaña de al lado, con las luces encendidas.

Maldita sea.

—Rodearé la cabaña—agregó, tomando la máscara aferrada al cinturón de su pantalón, colocándosela. Yo asentí, imitando su acto.

—Cubro la puerta—aseguré, y antes de que ambos iniciáramos nuestro recorrido, nos miramos, entrecerrando los ojos—esta vez te toca a ti.

—¡¿Qué?! No, no, es tu turno—me señaló, y yo negué frenéticamente.

—La ultima vez yo me deshice de los cuerpos, te toca a ti.

—Estoy seguro de que yo me deshice de los últimos, no te aproveches de mi mala memoria—mantuvo sus ojos entrecerrados, y yo no aparté mi vista. Nos quedamos en silencio, hasta que, a través de nuestras miradas, supimos cuál sería nuestra solución.

Un método de decisión que nuestro padre nos había enseñado. Tiene reglas estrictas, y cuando lo estás haciendo, el ambiente es bastante tenso, pero no había otra forma de decidir quién de los dos tendría que ocultar los cuerpos esta vez, así que, sabiendo que era la única opción, acudimos a esta seria y conveniente solución.

¡Piedra, papel o tijera!

Y, luego de un momento cargado de misterio, mi mano formó el símbolo de la piedra, y la de White tijeras.

—¡Ja, perdedor!—se burló, y alcé una de mis cejas, aguantando mi carcajada.

—Perdiste tú.

—Oh—su burla se detuvo, y rascó su nuca—te dije que era malo memorizando cosas.

—Mira el lado positivo, esta vez son policías con la estatura de un umpalumpa, no te será tan complicado deshacerte de ellos.

—Gracias por el ánimo—soltó sarcástico, rodando los ojos.

—Para eso están los hermanos—respondí, en cierto tono de burla mientras comenzaba a caminar en dirección a aquella cabaña.

White me adelantó, rodeándola con cuidado de no ser descubierto a través de una de las ventanas. Yo, en cambio, me acerqué a pasos lentos, sacando una de las navajas en mi pantalón para esperar justo delante de la puerta.

Ni siquiera pasaron más de tres minutos cuando el sonido de un vaso romperse se escuchó, y supe que esa era la señal de que yo debía abrir la puerta.

Faceless Love Where stories live. Discover now