Faceless Love

31| Valeria

"Valeria"
Narrador| White

—¡Apresúrense!—grité, Clara y Amaya estaban tardando mucho en bajar.

Hashley, Alena y Lea se habían ido temprano a sus casas para no preocupar a sus padres, Gray se ofreció a llevarlas, mientras Nerón decidió quedarse a ayudar con la peligrosa misión de hoy.

La mudanza de Amaya.

Al fin bajaron, y vimos que detrás de ellas, venía Blaise.

Decir que tiene una cara de moribundo es poco.

—¿Acaso no dormiste o qué mierda?—le pregunté, y él bostezó antes de responderme.

—¿Qué hora es?

—Las once—contestó Black, caminando hacia la salida de la mansión—¿cuantas horas dormiste? Te ves de la mierda.

—Cinco horas—contestó, y luego hizo una mueca, observando su mano y haciendo cuentas con sus dedos—corrijo, tres—suspiró, y volvió a bostezar mientras daba unos pasos lejos de la escalera—¿y Gray?—inquirio.

Yo lo observé confundido, viendo como se acercaba al sofá, pero cuando estuvo apunto de sentarse, se detuvo, y se quedó parado.

—Salió temprano, creí que te había avisado—Amaya alzó una de sus cejas, caminando hacia la puerta también—pero debe estar por llegar de hecho.

Blaise suspiró, desviando su mirada y luego asintiendo como si nada pasara.

Sospechoso.

—Bien, iré a casa, díganle que se joda por no despedirse—dijo, y yo hice un gesto con mi mano para despedirme, pero Amaya lo detuvo, tomándolo de la muñeca antes de que lograra cruzar la puerta.

—¿No te gustaría venir con nosotros?

—¡Estamos en medio de una misión!—añadió Clara, emocionada, y yo sonreí.

—¿Qué misión?

—¡Traer las cosas de Amaya!—gritó Clara, sonriente.

—¿Ella va a mudarse aquí?—Blaise frunció sus cejas ligeramente, y lo noté un tanto nervioso—¿con ustedes?—añadió, señalándome a mi y a Black.

—¿Por qué lo preguntas?—mencionó Black, con una expresión seria. Blaise es encogió de hombros, diciendo que era solo por curiosidad.

Aceptó finalmente venir con nosotros, y salimos de la mansión, caminando hacia la camioneta.

—Yo conduzco—soltó Black, y nadie se quejó.

—Con tal de llegar con todas mis extremidades a nuestro destino, está bien—añadió Blaise, subiendo al auto junto a nosotros—auch—se quejó, y lo miré confundido.

—¿Pasa algo?

—Eh, no—carraspeó, cerrando la puerta del auto mientras Black lo encendía—creo que me pinché con algo al sentarme, es todo.

Me encogí de hombros y me acomodé en el asiento, Amaya y Black iban delante, Nerón en la tercera fila de la camioneta, mientras Blaise iba a mi lado.

Clara estaba a mi derecha, y me peleó como una loca el lado de la ventana.

—¿Estás disfrutando tu puesto?

—Mucho—contestó, bajando el vidrio e inclinándose un poco para observar a través de la ventana.

Reí, negando con mi cabeza al verla disfrutar de la vista.

—¿Iremos a la casa de tu madre primero?—preguntó Black, conduciendo por la desierta carretera. Amaya, que estaba a su lado, asintió.

El viaje no fue para nada silencio. Nerón y Blaise jugaron durante todo el recorrido a contar autos.