Capitulo 29

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El templo Kinkaku-ji, o el Pabellón Dorado como también es conocido, es un templo zen construido en el año 1397, aunque la estructura actual es del 1955 ya que en 1950 un monje con las facultades mentales alteradas le prendió fuego, cuenta con un precioso estanque enfrente llamado Espejo de agua y un jardín japonés, también es un paisaje que se usa en las postales de Kyoto.

Se ubica al Oeste de Kyoto, un poco lejos del centro. La característica más famosa del templo era su pabellón recubierto de hojas de oro puro o pan de oro. También es considerado un patrimonio de Japón, y de la humanidad por los materiales de su construcción. Han existido muchos rumores sobre como fue construido el templo, pero con el paso del tiempo se han perdido mucha información que ya no es seguro su origen.

Claro, solo si hablamos como de cosas humanas, cuando se relaciona a lo sobrenatural...

-¿Me estas diciendo que el templo de Pabellón Dorado fue construido por los Dioses?- Exclamo un sorprendido Seiya.

Hitsugaya, a su lado asintió. -Fue construido por Deidades menores para que se usara como base donde los Dioses podrían descender a la Tierra de manera discreta sin descender a sus templos, aunque era mayormente usado por los Shinimagis de la Diosa Amaterasu para cumplir su misión más rápido. Cuando paso el incendio que lo quemo, dejo de ser usado, aunque fue reparado en honor al servicio de las Tierras, y por si era necesario usarla de nuevo. Nadie espero que se volvería la base en donde Kagutsuchi-sama conspiraría contra Amaterasu-sama-.

Si. El lugar donde Athena alcanzo a rastrear la esencia Divina de Kagutsuchi fue hasta el templo Kinkaku-ji. Amaterasu ya había informado a las Cinco Familias de Kyoto de esto, y ellos usaron su influencia para vaciar el área para que no hubieran victimas por si estallaba una batalla, también habías varios magos Sintoístas ocultos a los alrededores especializados en usar ilusiones para que las personas no vieran nada de lo que pasaría ahora.

Actualmente, Seiya y los demás se habían separado en grupos de dos para atacar de diferentes direcciones: Seiya estaba con Hitsugaya, Marín con Byakuya y Tsunahi estaba vigilando desde el cielo, siendo los ojos del grupo.

-¿Has podido notar algo, Tsunahi-san?- Pregunto Hitsugaya por un círculo mágico.

-"Siento presencias divinas dentro del templo... creo que son al menos 3 Dioses, junto a un gran grupo de Shinimagis de bajo rango y algunos Yokais, pero no puedo definir si Kagutsuchi esta entre ellos, debe haber una barrera que me impida detectar con mejor claridad"- explico la Diosa menor.

-¿Ahora que? ¿Vamos a tocar la puerta y enfrentarlos?- Pregunto Seiya.

-"Es muy arriesgado. No conocemos la fuerza total del enemigo ni cuantos son"- respondió Marín a través del círculo mágico.

-Tampoco podemos dejarlos escapar, si Kagutsuchi esta ahí, es la mejor oportunidad que tenemos para detenerlo antes de que ejecute su plan, o podría ser demasiado tarde- sacando a relucir si impulsividad y poca paciencia, Seiya propuso pasar a la acción.

-Creo que tiene razón- Hitsugaya estuvo de acuerdo con Seiya. -Es cierto que no sabemos cuantos son o su fuerza, pero no podemos ignorar la oportunidad. Tal vez sea algo imprudente, pero es nuestro mejor recurso de acción-.

Hubo un breve silencio mientras el resto del grupo meditaba la idea. Podían avisarle a Amaterasu y Tsukuyomi para que enviaran refuerzos, pero quien sabe cuanto tardarían y en ese tiempo podrían sus enemigos escapar, además de que si esperaban mucho, sus enemigos se darían cuenta tarde o temprano de su presencia.

Con un suspiro que podía ser de irritación, Byakuya hablo. -"¿Que propone, capitán Hitsugaya?"-.

-Sugiero que un grupo de nosotros los ataque y los obligue a salir, y así el otro grupo los atacara cuando estén desprevenidos. Tsunahi nos apoyará desde el cielo y nos indicará si algún enemigo intenta escapar-.

La Leyenda de las Facciones y del SantuarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora